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AMÉRICA LATINA

'Efectos contables' en Argentina

Las firmas españolas vuelven a las ganancias, aunque no compensan las pérdidas anteriores

Alejandro Rebossio

La mayoría de las empresas españolas de servicios públicos ha vuelto a ganar en Argentina. Así como la devaluación del 70% del peso les supuso el año pasado pérdidas siderales, la apreciación del 17% en el primer trimestre de 2003 les generó unas ganancias que ellas consideran ficticias. Los vaivenes de la moneda local han ido variando el valor de la deuda en dólares con acreedores extranjeros y también el de sus resultados contables.

Los beneficios, pese a constituir sólo un 'efecto contable', pueden jugar negativamente en la negociación de las nuevas tarifas con el Gobierno

Las operadoras aún no pueden festejar nada y se preguntan qué suerte les deparará el nuevo presidente, Néstor Kirchner, que hoy se convertirá en el inquilino de la Casa Rosada por cuatro años. Y es que la ecuación del negocio de los servicios públicos sigue resultando inadecuada, pese a la apreciación del peso y a la reactivación de una economía que se expandió el 6% en el primer trimestre de 2003, respecto al mismo periodo del paupérrimo 2002.

Las tarifas permanecen igual que cuando un peso equivalía a un dólar, en diciembre de 2001, pero las deudas se han multiplicado porque están expresadas en divisas y el dólar cuesta 2,93 pesos. La paridad de las monedas argentina y extranjera permitió a las compañías sostener el negocio desde 1991, pero aquello terminó en enero de 2002. En ese entonces, el Gobierno interino de Eduardo Duhalde, en plena crisis política, económica y social, rompió por ley los contratos con las privatizadas y concesionarias, congeló las tarifas y demoró su incremento, pese a que la inflación ascendió al 41% anual. Su elegido, Kirchner, deberá asumir la tarea de fijar nuevos precios en el marco de una negociación global de los contratos, que determinará exigencias de calidad e inversión y plazos de concesión.

El nuevo presidente argentino nunca se declaró convencido de la necesidad de subir las tarifas, pero ha puesto el tema en su agenda de prioridades. "Hay que estudiar la rentabilidad [de los servicios públicos] en los noventa, cuando tuvieron tarifas al valor del dólar, el cumplimiento de los contratos y la pérdida que les generó la devaluación y la pesificación [de los precios] para buscar una ecuación que permita tener tarifas con racionalidad y equilibrio", expuso el peronista Kirchner en una entrevista con La Nación. Las empresas esperan a ver qué pasa.

Los servicios públicos han difundido sus resultados del primer trimestre de 2003 con cierta vergüenza. Los beneficios, aunque constituyan sólo un efecto contable, pueden jugar en contra en la negociación con el Gobierno y ante una sociedad empobrecida y temerosa de un nuevo alza del coste de la vida.

Gas Natural Ban, que abastece al norte de la provincia de Buenos Aires, ganó 21,1 millones de dólares en los primeros tres meses del año, en los que solía sufrir pérdidas por la bajada del consumo en el verano austral. La empresa se encargó de recordar que, pese a ese resultado, acumula desde el año pasado una pérdida de 34,9 millones. Como sus acreedores son bancos, la filial de Gas Natural pudo reestructurar la deuda de 213,6 millones con menos dificultad, según el analista Gonzalo Arzac, de la calificadora Moody's.

Metrogas, controlada por la británica BG (38,3%) y participada por Repsol YPF (31,7%), también logró beneficios en el primer trimestre de este año: 11,1 millones. En 2002, la distribuidora de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores había totalizado pérdidas por 143,9 millones. Metrogas suspendió pagos en marzo de 2002 y desde entonces sólo cumplió con dos vencimientos de intereses de bonos. La deuda asciende a 417,6 millones, cuyo 82% corresponde a obligaciones negociables. Aún no la ha reestructurado, tal vez porque la incertidumbre sobre las tarifas torna menos previsible cualquier plan de pagos. "Los accionistas de Metrogas tratarán de cancelar la deuda", vaticina el titular de la consultora Argentine Research, Rafael Ber.

Telefónica de Argentina obtuvo unos beneficios de 192,5 millones en el primer trimestre del año, tras perder 1.011,5 millones en 2002. De los 1.800 millones de su deuda, unos 850 millones corresponden a préstamos de su casa matriz, por lo que no suponen ningún peligro. Los restantes 950 millones son títulos diseminados por los mercados. La filial de Telefónica, una de las dos principales operadoras del país suramericano, lanzó esta semana una oferta para prolongar los plazos de bonos propios por 668,5 millones y de la sociedad que la controla, Cointel, por 285 millones. El año pasado, en el peor momento de la crisis, cerró con éxito un canje de deuda por 100 millones. "Suponemos que el Gobierno se tomará su tiempo para resolver sobre las tarifas de teléfonos porque los sectores de gas y electricidad tienen prioridad", observa la analista Paola Briano, de la calificadora Fitch.

Edesur, controlada por Endesa, ganó 11,4 millones en el primer trimestre de 2003. La distribuidora eléctrica del sur de la capital argentina y sus suburbios había padecido unas pérdidas de 56,5 millones el año pasado. La compañía renegoció con éxito gran parte de los vencimientos de su deuda de 201,1 millones, en manos de bancos, aunque ha presentado temporalmente préstamos vencidos, según Fitch.

Reestructuración de la deuda

El Grupo Concesionario del Oeste (GCO), controlado por Acesa, perdió 42.000 dólares en el primer trimestre de 2003 y 18,1 millones el año pasado. La firma ha acordado con los bancos retrasar la reestructuración de la deuda de 66,9 millones hasta el mes próximo. Autopistas del Sol, participada por Dragados, generó beneficios por 40 millones en los primeros tres meses del presente año, pero acumula pérdidas por 400 millones. La empresa está en suspensión de pagos desde 2002 y lanzó esta semana una oferta para canjear su deuda de 490 millones con una quita de intereses. Su presidente, Luis Freixas, reconoce que la operación se concretó antes de la negociación de las tarifas por la mejoría de la macroeconomía y porque existe el riesgo de caer en un proceso judicial para evitar la bancarrota. Al menos, el nuevo ministro de Infraestructura, Julio de Vido, prometió que las primeras tarifas en subir serán los peajes.

"La bajada del dólar provocó la reducción de las deudas en pesos y la diferencia se computó automáticamente como ganancias, pero todas las empresas siguen siendo pobres por sus ingresos pesificados", explica Ber. El analista opina que las operadoras ya no precisan un aumento tan pronunciado como en 2002, pero sí alzas leves y escalonadas en el tiempo.

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