Ramón Reboiras atrapa en 'Hazlo por mí' los rasgos de una generación fascinada por los excesos

"Venía de un trayecto a la deriva", reconoce el narrador de Hazlo por mí (Alianza) cuando ingresa voluntariamente en una clínica de rehabilitación. Poco después añade que su objetivo es "volver a la tierra firme vacunado con el síndrome insular, ese mal de la lejanía que afecta a todos los que, navegantes o no, deciden emprender una exhaustiva circunvalación en torno a sí mismos".

Y eso es lo que hace Ramón Reboiras (San Xulian de Laiño, Galicia, 1961) en su nueva novela. Parar un rato refugiándose en una isla, escapar de la vorágine de los excesos -sexo, drogas y rock and roll- y volver a descubrirse, reconciliándose con "el que alguna vez fui, si es que mis recuerdos no me fallan y fui alguna vez esa persona".

Se trata de una novela y, por tanto, no puede identificarse al narrador con el propio autor, pero Reboiras reconoce que hay mucho de él en esta novela, que empezó a escribir, precisamente, cuando intentaba, ingresado en una clínica, controlar el desorden de sus días.

Reboiras ha publicado dos novelas breves -Corazonada y El guardián de las ruinas-, el libro de poemas El resto del mundo y la novela El día de los enamorados. Confiesa que, de todos sus libros, Hazlo por mí es el más verdadero. Está lleno de resonancias de esta época, pero también está cargado de literatura. Si sus páginas reconstruyen las maneras de una generación que se columpia en una permanente inmadurez, la voz narradora reconoce su deuda con algunos de los grandes cronistas del lado oscuro de la vida, como Céline o Malcom Lowry.

"No existe la literatura sin enfermedad", comentó Reboiras durante la presentación de su libro, en la que se habló de ese género, la "autoficción", que combina íntimamente la historia del autor con las peripecias que padecen sus personajes. Es una novela que da cuenta de una situación límite, donde todo parece perdido y es necesario reinventarse, y en la que Reboiras, un aguerrido periodista (El Independiente, Rolling Stone, Cinemanía) que ahora se ocupa de cuestiones culturales en la Fnac, ha puesto lo mejor de sí mismo.