La M-30 que prevé Ruiz-Gallardón iría bajo tierra en un tercio de su trazado
El PP presenta su plan sobre la autovía
"La reforma de la M-30 será nuestro metrosur [en el Ayuntamiento]". Lo dijo ayer Alberto Ruiz-Gallardón, candidato del PP a alcalde, durante la presentación oficial de su promesa electoral estrella: un conjunto de 19 actuaciones sobre la primera carretera de circunvalación de la capital. Con ellas pretende "transformar la ciudad", recuperar el río -"abandonado durante generaciones"- y mejorar el tráfico de la urbe. La tesis es que "el elemento vertebrador de todo el tráfico en Madrid es la M-30", y que cualquier cosa que suceda en este anillo de asfalto "tiene consecuencias inmediatas en el resto de la circulación".
La reforma de esta vía es "la obra de ingeniería más ambiciosa" que se ha intentado hacer en la capital. "Pero quienes piensen que es demasiado ambiciosa, que recuerden que en 1995 nos llamaron ilusos por prometer 48 kilómetros de metro, y hemos hecho 114", repitió, por enésima vez en esta campaña, Ruiz-Gallardón. Al frente del proyecto estará -si el PP gana las elecciones del 25 de mayo- Manuel Melis, director general de Infraestructuras de la Comunidad y responsable de la ampliación del metro y de la construcción de metrosur. Éstas son las actuaciones más importantes del plan de reforma de la M-30:
- Recuperación del río. Ruiz-Gallardón ha anunciado que enterrará, bajo el río Manzanares, más de cuatro kilómetros de M-30 en el tramo comprendido entre el puente de Andalucía (junto al viejo matadero de Legazpi) y el puente del Rey (junto al Palacio Real). El objetivo es cerrar la "cicatriz" que ha generado la autovía en esta zona y crear una "alfombra urbana" que uniría el Campo del Moro y la Casa de Campo: se podría llegar caminando desde la Puerta del Sol al Parque de Atracciones.
"El río, que es frontera, se convertiría en puente: entre la Casa de Campo y la ciudad, entre el sur y la almendra central", explicó el candidato, que recordó que el Manzanares -cuya recuperación para los ciudadanos ya inició en un tramo el alcalde socialista Enrique Tierno Galván- conserva, "ocultos y aislados por el cemento, puentes y obras de arquitectura fundamentales pero desconocidos por los ciudadanos". Los seis puentes que tiene ahora la M-30 en ese tramo, y por los que cruzan el río cada día casi 400.000 vehículos, se respetarían, y se construirían pasarelas para los peatones.
- Variante sur. El proyecto prevé construir un atajo, a través de un túnel de 3,5 kilómetros, para los cerca de 140.000 conductores que ahora se ven obligados a cruzar el nudo sur -aunque no quieran utilizar sus enlaces- para pasar del eje este de la M-30 al oeste (o viceversa). El subterráneo tendría conexiones directas con la autovía de Valencia y la carretera de Toledo. Además, sobre el nudo sur, al final de la calle de Embajadores, se construiría un puente (de 400 metros de longitud) para entrar y salir desde el sur hacia el paseo de las Delicias, lo que, según los técnicos del equipo de Ruiz-Gallardón, desatascaría esa zona de la M-30.
- Adiós a los semáforos. El único tramo de la carretera de circunvalación que tiene semáforos en la actualidad es el tramo norte: la avenida de la Ilustración. Esto es así, según el PP, porque, cuando se construyó esa última parte de la M-30, en los años ochenta, los vecinos del bario del Pilar -al grito de "¡La Vaguada es nuestra!"-, se opusieron a que una autopista pasara por delante de sus casas. En esa zona, por tanto, la M-30 es más una calle que una carretera.
El proyecto de Ruiz-Gallardón plantea dejar como tal la avenida de la Ilustración y reconducir la M-30 en ese tramo a través de un nuevo túnel paralelo -de más de cuatro kilómetros- entre el barrio de Puerta de Hierro y el puente de la Paloma (nudo de Pío XII). Eso ahorraría al tramo norte de la carretera unos 70.000 vehículos diarios. De este túnel saldrían además dos enlaces directos, en forma de Y, con la autopista N-I y con la carretera de Colmenar Viejo.
- Carriles para el transporte público desde los nuevos barrios. Para facilitar y hacer más rápida la conexión con la M-30 desde los futuros nuevos barrios del norte, bien desde la N-I, bien desde la carretera de Colmenar, los técnicos dirigidos por Melis prevén establecer carriles específicos para autobuses interurbanos.
- Túneles de entrada y salida. Otro de los objetivos del plan de Ruiz-Gallardón es que los conductores puedan entrar en la capital, pero sobre todo salir de ella rápidamente cuando ya no tengan nada que hacer allí. Para eso están planeados tres grandes túneles que suman unos cuatro kilómetros. El primero conectará la calle de Sor Ángela de la Cruz (Tetuán) directamente con la M-30, a la altura de Puerta de Hierro (aunque este enlace sólo sería subterráneo en un tramo y luego, desde la glorieta de Bravo Murillo, saldría a superficie); el segundo, más que un túnel nuevo, consistiría en prolongar el de la calle de O'Donnell, que cambiaría su boca de entrada, ahora frente al hospital de maternidad, hasta situarla a la altura del cruce con la calle de Menéndez Pelayo. El tercer túnel buscaría descongestionar la N-V desdoblándola bajo tierra desde el puente del Rey hasta, aproximadamente, la zona de Batán. Los vecinos de la avenida de la Ilustración contarían con un túnel que conectaría el barrio del Pilar con la M-40.
- Otras actuaciones. En el total de 19 actuaciones incluidas en el proyecto de reforma de la M-30 del PP hay, por último, intervenciones aparentemente menores pero "fundamentales", según Ruiz-Gallardón, para lograr aumentar la fluidez del tráfico: la creación de un túnel en el nudo de Costa Rica, eliminando de la superficie el tráfico principal; la conexión directa a través de ramales entre la N-III y la M-30, que ayudarían a descongestionar la plaza del Conde de Casal; o la mejora, para aumentar su capacidad, del puente de la Paloma. El asfalto de la carretera de circunvalación, hoy en estado bastante precario en algunos tramos, tendría que ser también renovado.
Tanto Ruiz-Gallardón como el ingeniero Manuel Melis, que le precedió ayer en el uso de la palabra, subrayaron que las obras se harán con dos prioridades: "Que no haya ni un solo accidente y que la molestia a los conductores y al resto de ciudadanos sea la mínima posible".
El plazo que se ha puesto el candidato del PP para finalizar su "ambicioso" plan vence en 2007. Antes de eso habría que negociar con el Ministerio de Fomento el traspaso de las competencias sobre la M-30 al Ayuntamiento, sacar a concurso los trabajos y, finalmente, comenzar las obras. Fuentes del equipo del alcaldable calcularon que -en el caso de que el PP gane las elecciones- éstas no se iniciarán hasta dentro de un año.
Medio siglo de vida y una campaña
La M-30 nació a mediados del siglo XX, sobre el cauce seco del arroyo Abroñigal, como vía de conexión del norte y el sur de Madrid. Por aquel entonces era simplemente la avenida de La Paz, y su trazado coincidía con el actual eje este de la autovía. En sucesivas ampliaciones se prolongó por el sur y, abrazando el río Manzanares, por el oeste.
Por último, en los años ochenta, la M-30 se cerró por el norte con la avenida de la Ilustración, creándose un anillo de 30 kilómetros de autovía que se ha convertido en "el elemento vertebrador del tráfico en la capital", según Alberto Ruiz-Gallardón. Entre 200.000 y 300.000 vehículos recorren a diario algunos de sus tramos y se dispersan por la ciudad a través de sus múltiples enlaces.
La M-30 depende del Ministerio de Fomento, que lleva años intentando desprenderse de ella y de los altos costes de mantenimiento que acarrea (más de nueve millones de euros anuales). Hasta el momento, el Ayuntamiento no había mostrado demasiado interés por hacerse con las competencias sobre la carretera, pero ahora los dos principales candidatos a la alcaldía -Alberto Ruiz-Gallardón (PP) y Trinidad Jiménez (PSOE)- han anunciado que, si ganan las elecciones el día 25, negociarán ese traspaso y acometerán la reforma de la vía.
Los proyectos de ambos han dado lugar a una viva polémica cuyo punto álgido se produjo el pasado día 11 en el debate electoral de Telemadrid. Ruiz-Gallardón acusó a Jiménez de pretender crear el "caos" en la capital y "multiplicar los atascos" con su propuesta de poner semáforos en la M-30. La socialista desmintió haber prometido tal cosa y luego matizó que preveía esa solución "para un tramo muy concreto".
Si el PP gana los comicios y se hace con la gestión de la M-30, negociará con Fomento para que éste asuma el mantenimiento durante unos años. "No se trata sólo de las grandes obras de ingeniería: hay que adecentar toda la carretera, que, en algunos tramos, se encuentra en un estado bastante lamentable. Eso cuesta mucho dinero", admiten desde el PP.
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