Hierbas milenarias contra la nueva plaga
Los chinos, de Pekín a Hong Kong, luchan contra la neumonía con la medicina tradicional
A cinco minutos a pie del mausoleo donde reposa entre tinieblas el cuerpo de Mao Zedong, se extiende uno de los barrios más animados de Pekín. Situado al sur de la plaza Tiananmen, forma un dédalo de callejuelas donde se apiñan comercios de todo tipo, pequeños restaurantes, vendedores de fruta y algunos viejos hoteles. La mayoría de los vecinos reside en casuchas modestas, ajena al tráfico y la modernidad que está acabando con el espíritu del viejo Pekín.
Pero la neumonía, que ha infectado a 4.884 personas y matado a 235 en toda China, ha dejado vacío el barrio. Los dependientes gritan intentando pescar algún cliente, y muchas tiendas han cerrado a la espera de que regresen quienes han huido de la ciudad, los estudiantes aislados en los campus y los turistas de provincias a los que el Gobierno ha prohibido viajar.
Pero no todos en la zona han sufrido con la epidemia. En una calle hay un edificio de tres plantas con forma de pagoda y columnas rojas. Dos animales fantásticos de piedra presiden la entrada: cuerpo de caballo cubierto de escamas, cabeza de dragón y cuernos de cérvido. Es la farmacia Tong Ren Tang, fundada en 1669 bajo el emperador Kangxi, al inicio de la dinastía Qing (1644-1911).
En su inventario posee más de 10.000 hierbas y compuestos de medicina tradicional, que los ciudadanos han consumido con avidez desde que a principios de abril dos profesores del hospital Donzhimen de la Universidad de Medicina China formularon una receta para prevenir la neumonía asiática. El producto, denominado Ba Wei (Ocho Fragancias), ha hecho furor. En un mes se han vendido más de un millón de botellas y 1,9 millones de dosis en hierbas, según explica Jin Yongnian, director de propaganda del grupo. Precio, 12 yuanes (1,26 euros) el preparado líquido, y 6 yuanes la mezcla de hierbas. Entre sus componentes, rizoma atractilodis, agastache rugosus y radix ledebour iellea.
"Al estallar el brote, hubo que afrontar una situación muy crítica. La receta del doctor Jiang Liang Duo está destinada a prevenir la enfermedad y reforzar el sistema inmunológico. Ahora la situación es más tranquila, se desinfectan todos los sitios y la gente lleva mascarilla. Pero aún no se ha encontrado remedio efectivo para curarla", dice Jin en otra parte de la ciudad, en un edificio que alberga también una gran tienda en cuatro plantas.
En la farmacia al sur de Tiananmen, una pancarta roja sobre la fachada: "Aplicamos los precios según la ley. Hacemos negocios con credibilidad y honestidad". Dentro, otra reza: "Guarda la moralidad, salva al mundo y mantente en forma". Las vitrinas exponen cientos de cajas con raíces de ginseng preparadas sobre tela roja. El ginseng es muy apreciado como tónico, depurativo y afrodisíaco. También hay cajas de regalo con finas rebanadas de cuernos de ciervo, y todo tipo de raíces, tubérculos y flores secas. Las dependientas visten como enfermeras. Del techo cuelgan faroles chinos. Retratos de los padres de la medicina decoran el establecimiento. Flota el aroma de hierbas medicinales, entre dulce y ácido.
Zhang Jing Hui, de 66 años, gafas de mariposa, está esperando que le den el remedio contra la neumonía que le ha encargado un amigo. "Lleva cuatro hierbas, hay que preparar una infusión y tomarla dos veces al día durante tres a cinco días. Muchas de estas recetas están en los periódicos", explica este antiguo director de una fábrica de cerveza, que sueña con montar una factoría farmacéutica si encuentra el inversor.
En las vitrinas se alinean serpientes secas enrolladas en espiral a 60 yuanes (6,3 euros) la pieza, caballitos de mar a 12,6 euros los 10 gramos, orugas con nombres como Gusano en Invierno, Hierba en Verano (46 euros, 10 gramos) y salamandras crucificadas en una caña como si fueran pequeños paipáis.
Tras un cristal, en la sala de elaboración, los mancebos se afanan repartiendo hierbas sobre papeles blancos en una gran mesa. Echan un vistazo a las prescripciones y extraen los ingredientes de pequeños cajones de madera situados en las paredes con los nombres en chino de cientos de productos milenarios. Los pesan y con gestos rápidos los dejan caer sobre el papel, que luego pliegan y atan con un pequeño cordel. La mezcla es consumida como si fuera un té.
Millones de chinos han recibido del Gobierno en sus empresas y en las universidades estos tratamientos preventivos desde que surgió la epidemia en la provincia sureña de Guangdong el pasado noviembre. "El medicamento contra la neumonía me lo han dado en mi unidad de trabajo. Yo he venido a comprar esto para mi padre, que tiene cáncer de pulmón", dice otro cliente mientras muestra dos setas negras del tamaño de la palma de una mano. "Es muy bueno para modular el cuerpo. Pesan 196 gramos, y 10 gramos cuestan 8,6 yuanes (nueve euros)".
La medicina tradicional china, con una historia de miles de años, está basada en la creencia de que en el mundo hay dos fuerzas, el Yin y el Yang, la tierra y el cielo, el invierno y el verano, la noche y el día, el frío y el calor. Cuando se produce un desequilibrio interno, se desencadena la enfermedad. Su objetivo es restaurar la armonía.
En ella cree la viceprimera ministra china y ministra de Sanidad, Wu Yi, quien en un simposio celebrado el pasado jueves en Pekín pidió un mayor uso y el reconocimiento de su valor científico en la lucha contra la neumonía atípica.
Su utilización en el continente ha llevado a Hong Kong a incluirla como método de lucha contra la epidemia. "Los tratamientos se hacen con antibióticos, esteroides, antivirales y suplementos herbales", explica Leung Ping Chung, presidente del comité de dirección del Instituto de Medicina China de la Universidad China de Hong Kong. "Dado que es una infección aguda, el principal tratamiento es con medicina moderna. Las hierbas medicinales se utilizan antes de la hospitalización; es decir, en las primeras etapas de la enfermedad. Para la fiebre, la gripe, las hierbas son muy buenas. Acortan el periodo de la dolencia", afirma este partidario de la combinación de ambas prácticas.
Para Leung Ping Chung, quien dice que hay alrededor de 30 fórmulas contra la neumonía atípica, la diferencia con la medicina occidental es que ésta "es un golpe directo, como el disparo de una pistola, mientras que la china es indirecta, de apoyo. Para la neumonía no necesitas medicina occidental hasta que estás hospitalizado. Antes de esto, en el caso de que mañana tengas fiebre y no estés suficientemente malo, es mejor comenzar con medicina china. Por eso hemos hecho una bebida preventiva en el instituto para el personal sanitario que se encuentra en primera línea de batalla".
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