El colmillo del oso y la pelvis de 'Elvis'
Una gran exposición repasa en Valencia la evolución humana a partir de los 'milagrosos' hallazgos de Atapuerca
Algunos jóvenes de la contornada llegaban a bajar hasta no hace mucho a las profundidades de la cueva, jugándose la vida, para regalar a sus amadas un enorme colmillo de oso deningeri, que bien podría tener 400.000 años de viejo. Esa cueva es uno de los yacimientos prehistóricos de Atapuerca, a unos kilómetros de Burgos. Y uno de esos colmillos, junto a su mandíbula, se exhibe desde ayer en la gran exposición Atapuerca y la evolución humana, que se inauguró en el Centre Valencià de Cultura Mediterrània La Beneficència de Valencia, patrocinada por la Fundació Caixa de Catalunya.
El colmillo del oso de las cavernas sólo es un detalle, y quizá no el más representativo, porque hay mucho más, claro, como las reproducciones exactas o las reconstrucciones, algunas de ellas exhibidas en España por primera vez: el llamado Cráneo 5, considerado el más completo del registro fósil de la evolución humana, un individuo que murió hace unos 400.000 años por una posible infección bucal; el hacha de reminiscencias míticas, Excálibur, que bien puede constituir la primera ofrenda fúnebre reconocida, es decir, el primer objeto simbólico de la humanidad; la cabeza del Niño de la Gran Dolina, de 800.000 años, el Homo antecessor, conocido actualmente como el primer europeo y que, por cierto, fue víctima del primer acto de canibalismo registrado; o la pelvis Elvis, la más completa de su clase, que se expone junto a la de un Homo sapiens, mucho más pequeña, lo que escenifica comparativamente a la perfección las dificultades para parir de las mujeres de hoy, al menos en relación al tamaño.
Algunas expresiones pueden parecer altisonantes pero obedecen a la importancia indiscutida de los yacimientos burgaleses. En palabras del codirector del Equipo de Investigaciones de Atapuerca y director de la exposición, Juan Luis Arsuaga, es el "yacimiento más importante del mundo del último millón de años, incluyendo África". "Es la historia de la evolución humana, antropológicamente está considerado como un milagro", añade. Especialmente importante y atractivo es el hecho de que en Atapuerca se registra la aparición de la consciencia del hombre, del espíritu, del alma, de la mente simbólica, gracias sobre todo a los fósiles hallados en la Sima de los Huesos. Un milagro que tardará siglos en poder estudiarse en toda su magnitud.
Es ambiciosa, aunque no tanto, la exposición que inicia en Valencia su itinerancia por múltiples ciudades, pero sí permite hacerse una idea clara de la importancia de los hallazgos y conocer de manera amena y didáctica la evolución humana a partir de los yacimientos de Atapuerca, principalmente, pero también de África y otros continentes. De hecho, el propósito es establecer una diálogo entre diferentes hombres y épocas para abundar en el misterio de la evolución. Se incluye, así pues, reconstrucciones del célebre Homo neanderthalensis francés o del sudafricano Australopitecus africanus, o la mítica Lucy, considerada la Eva de la humanidad.
Misterio es una palabra repetida para hablar de la prehistoria por Arsuaga, que ayer volvió a demostrar su capacidad divulgadora ante unos informadores no precisamente especialistas. La instalación expositiva interactiva juega con el misterio en su iluminación para recrear de algún modo la emoción que produce contemplar la evolución humana y también la que embarga a los propios investigadores, paleontólogos y arqueólogos, cuando descubren alguna pieza de relevancia. En este sentido, resulta interesante el documental de Javier Trueba que recogió en directo estos trabajos en un ejemplo de cinema de verité, según Arsuaga. La exposición, que se clausura el 31 de julio, ofrece material muy diverso e incluye talleres y conferencias.
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