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El Museo Nacional de Irak recupera 475 piezas robadas durante el saqueo

Los expertos entregan a EE UU una lista con los 25 objetos desaparecidos más importantes

Guillermo Altares

Roberto Piñeiro, un sargento de la fuerza aérea de origen gallego, muestra piezas de hasta 7.000 años de antigüedad extendidas sobre la mesa de lo que fue la biblioteca del Museo Nacional de Irak, en Bagdad. Ahora, este edificio está ocupado por los miembros del equipo enviado por EE UU para investigar el saqueo de una de las instituciones culturales más importantes de Oriente Próximo. El trabajo del grupo, formado por soldados profesionales y por agentes del Departamento de Inmigración y Aduanas, ha empezado a dar sus frutos: hace tres días recuperó 475 piezas, de incalculable valor, pertenecientes al museo.

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Se calcula que han desaparecido 50.000 de los 200.000 objetos que albergaba el museo. Por primera vez, los agentes responsables de la investigación, al mando del coronel Matthew Bogdanos, han recibido una lista con los 25 objetos más importantes que fueron saqueados, entre el 10 y el 11 de abril. Hasta ahora, los responsables de la institución, dirigida por Jaber Jalil Ibrahim, se habían limitado a intentar evaluar el desastre, a limpiar y a establecer un catálogo de lo perdido. La mayoría de los archivos han desaparecido o se amontonan en varios rincones. Muchas piezas fueron sacadas entre 1991 y 2003 por soldados de Sadam, otras fueron escondidas por los conservadores, otras fueron robadas por los vecinos para ser protegidas y están siendo devueltas, y muchas fueron sustraídas durante el caos que se apoderó de esta ciudad. Otras han sido interceptadas camino de la frontera con Kuwait, como ocurrió con el cargamento protegido ahora por los militares estadounidenses.

El museo consta de tres instalaciones diferentes. Rodeado por un jardín en el que ahora hay dos carros de combate estadounidenses de la III División de Infantería, está compuesto por el llamado Museo de los Niños, cuya fachada tiene un agujero provocado por el disparo de un tanque; por el edificio principal y por la biblioteca, donde están instalados los investigadores estadounidenses. Tras cruzar el antiguo hall, ahora lleno de camas de campaña, se llega a la sala de lectura: las fichas están tiradas y no quedan casi libros. En el suelo hay un lanzagranadas RPG, utilizado por los fedayin de Sadam que se parapetaron en el museo durante la toma de la ciudad el 9 de abril. Allí, sobre la mesa, los soldados han guardado las piezas recuperadas.

El sargento Piñeiro -su relato fue confirmado por los responsables del museo- señala que las antigüedades fueron interceptadas hace tres días por soldados de las Fuerzas Iraquíes Libres, leales a Ahmed Chalabi, que se perfila como uno de los favoritos para presidir el país. Ocurrió en la localidad de Al Hay, 250 kilómetros al sur de la capital. "Las fuerzas de Chalabi habían recibido un chivatazo y detuvieron un camión. Encontraron la caja y posteriormente nos la entregaron", dice. No hubo detenidos. "Sabemos quiénes fueron, pero no queremos detener a nadie: lo importante es recuperar lo robado y cada día viene alguien con alguna pieza", agrega.

Entre las piezas, todas de pequeño tamaño, con el número de catálogo, hay una vasija de 7.000 años de antigüedad, cuatro reyes sumerios en piedra negra, casi cien tablillas, una pequeña estatua babilónica en piedra caliza, dos papiros y un impresionante pergamino en piel de cabra con escritura cuneiforme y dibujos en color de dos hombres y un demonio. Hasta que aumente la seguridad, los soldados seguirán durmiendo junto a este tesoro.

Donny George, director general del Departamento de Investigación y Estudios, que ayer se encontraba en Londres, ha pasado la lista con los 25 objetos más importantes robados durante el saqueo. Está encabezada por una cabeza sumeria en mármol blanco de Warka, del año 3000 antes de Cristo, "considerada uno de los trabajos más finos de la escultura de la antigüedad". También de Warka, una ciudad sumeria conocida como Uruk, procede una vasija ceremonial en piedra caliza con un grabado de la Diosa In Nin. Otras de las antigüedades vienen de Ur, Nimrud y Nínive (dos relieves de marfil asirios). La pieza número siete de la lista es una muestra de cómo se realizó el saqueo: una estatua romana de mármol que representa a Poseidón, encontrada en Hatra. Sólo falta la cabeza, al igual que en la pieza 12, una estatua de mujer, y en la 23.

Hay piezas islámicas del siglo XII, de la mezquita Nebi Jarjis de Mosul, una figura acadia de metal del 2291 antes de Cristo de Agade. La colección de joyas de oro y piedras preciosas del 2450 antes de Cristo encontrada en el cementerio real de Urtambién se ha evaporado.

Conforme avance el trabajo de los restauradores, la lista puede seguir ampliándose. Ayer, el museo fue visitado por el encargado de negocios italiano en Bagdad, Antonio Arnelli, y por el director general de Patrimonio de Italia, doctor Proietti. Su resumen de la visita fue breve: "Lo que ha pasado es terrible".

Imagen tomada el día 16 de la estatua de Sadam Husein ante el edificio de la Biblioteca Nacional, en Bagdad.
Imagen tomada el día 16 de la estatua de Sadam Husein ante el edificio de la Biblioteca Nacional, en Bagdad.AP

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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