_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Mensajes inflamados

En el Aberri Eguna (Día de la Patria vasca) del año pasado, el lehendakari Juan José Ibarretxe, convertido ya en el principal referente del PNV, advertía de que poner fuera de la ley a Batasuna "daría oxígeno a ETA"; la misma organización terrorista que dos días antes había echado ceniza a las expectativas de una nueva tregua. Este sábado, de nuevo en vísperas del Día de la Patria vasca, y consumada la ilegalización de Batasuna, ETA reiteraba sus amenazas de rutina vaticinando que "no habrá paz hasta que no se reconozcan los derechos de Euskal Herria". Confirmaba lo ya sabido: que las peripecias de su brazo político no alteran sus designios de fondo. Y por la misma razón volvía a cargar contra el plan de "libre adhesión" publicitado por Ibarretxe, considerándolo "un obstáculo para la independencia".

La multiplicación de actos y pronunciamientos de este Aberri Eguna, a poco más de un mes de las cruciales elecciones del 25 de mayo, puede dar una sensación de efervescencia en el nacionalismo vasco similar a la que se produjo en los meses previos al Acuerdo de Lizarra de 1998. Pero, asumido desde entonces el núcleo del soberanismo por todas sus formaciones, lo que denota esa agitación es la diversidad de proyectos e intereses del propio nacionalismo. No su unidad, sino la incapacidad para formular una propuesta que sea compartida por el conjunto de la comunidad nacionalista.

Lo mismo sucede cuando Ibarretxe afirma que Euskadi vive "el momento político de mayor intensidad de los últimos años". El lehendakari se limita a glosar los efectos perturbadores en la sociedad vasca de su propio plan, tras haber dado por amortizado el Estatuto de Gernika. Sin embargo, está por ver que su propuesta soberanista consiga al menos el mismo grado de adhesión política que obtuvo el Estatuto. Su viabilidad, por el contrario, ha quedado en entredicho en los términos en que fue presentada. Casi nadie la ha visto como un "pacto", sino como un plan definido en sus objetivos y procedimientos; no trae la paz desde el momento en que lo rechaza frontalmente ETA y su mundo político, y tampoco garantiza "la convivencia" en cuanto que es visto por los no nacionalistas como expresión del programa máximo imaginable del PNV. De la misma forma, situarse en medio de dos polos supuestamente extremos -ETA y Batasuna de un lado y el PP y el PSOE del otro- no demuestra virtud, sino que revela la carencia del necesario respaldo.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

El hecho de que Ibarretxe lo mantenga pese a todo y no descarte llevarlo como programa a unas elecciones anticipadas para sortear la falta de apoyos en el Parlamento vasco -ayer volvió a amagar con la eventual convocatoria de "la consulta popular"-, obedece más a su utilidad política que a una cuestión de autoconfianza. El cuestionamiento del marco constitucional impulsado por el propio PNV -en su manifiesto del Aberri Eguna ya consagra la peregrina idea de Egibar de que el Estatuto se elaboró "en régimen de otorgamiento"- y la insistencia en el debate identitario le resulta provechoso para mantener una posición de hegemonía, después de 23 años en el poder. Dan para reflexionar, aunque las comparaciones sean odiosas, las diferencias entre Euskadi y Quebec. Una sociedad "diferente" notablemente más cohesionada territorial, cultural, lingüística y políticamente que la vasca, como es la de la provincia canadiense francófona, ha dicho dos veces no al inicio de un proceso de secesión del Estado federal y acaba de retirarle su confianza, en las elecciones del pasado lunes, al partido nacionalista que la había gobernado en los últimos nueve años. En Euskadi, mientras tanto, la alternancia política todavía está inédita y muchos de los mensajes inflamados que lanza el nacionalismo gobernante parecen dirigidos a evitar que llegue a producirse.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_