Cinco millones de niños mueren al año por falta de higiene ambiental

Más de cinco millones de niños mueren cada año a causa de enfermedades o infecciones relacionadas con el entorno en que viven. La mayoría de ellas se producen en países en vías de desarrollo. Los problemas respiratorios, la diarrea y la malaria son las enfermedades que generan la mayor parte de estas muertes entre los menores de 14 años, según un informe presentado ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los niños son el colectivo que está más expuesto a contraer enfermedades en el entorno en que se mueven. La debilidad durante su fase de crecimiento hace que estén mucho más expuestos a enfermedades como las infecciones respiratorias, las diarreas o la malaria, todas ellas relacionadas a factores de riesgo ambientales. Los peligros de infección en los menores pueden empezar incluso antes de nacer. El consumo de tabaco o de drogas por parte de la madre pueden tener secuelas graves en los neonatos.

Hasta un tercio de la carga mundial total de morbilidad puede deberse a factores ambientales, según la OMS. Los menores de cinco años que representan el 10% de la población mundial son los más afectados por la falta de un entorno saludable. La principal causa de defunción son los problemas respiratorios que acaban cada año con la vida de más de dos millones de niños menores de cinco años. La contaminación en el interior de las casas (combustión de biocombustible o de carbón, o incluso el humo del tabaco) y del exterior producida principalmente por los automóviles y las actividades industriales agudizan las posibilidades de que los menores sucumban a alguna infección respiratoria.

La diarrea también causa estragos. Más de 1,3 millones de niños mueren cada año por esta infección. La malaria es la tercera causa de muerte. Se da básicamente en los países de África subsahariana y mata aproximadamente a un millón de niños. Los accidentes fortuitos costaron la vida en 2001 a 685.000 menores de 15 años. Muchos otros niños resisten el envite, pero padecen graves secuelas durante toda su vida.

Gran parte de estas muertes se podrían reducir siguiendo unas mínimas medidas de prevención en el entorno donde se mueven los niños (hogar, colegio, calle). La directora general de la OMS, Gro Harlem Brundtland, aseguró ayer en Nueva Delhi durante la presentación del Día Mundial de la Salud que es necesaria la implicación de gobiernos, Naciones Unidas y ONG para rebajar estas cifras en los próximos años.

En septiembre de 2002, tras la cumbre de Johanesburgo, la OMS puso en marcha la iniciativa Ambientes saludables para los niños con la que la OMS trazó las estrategias para mejorar la situación de estos menores. Brundtland aseguró ayer: "Lo que hay que hacer ahora es aplicarlas de forma inmediata". Algunas son tan sencillas como lavarse las manos antes de comer o después de defecar, mejorar la ventilación en los hogares y utilizar combustibles domésticos menos contaminantes. Mantener alejados los prodcutos tóxicos de los niños, es otro de los consejos de la OMS. Alrededor de 50.000 niños mueren anualmente a causa de una intoxicación involuntaria.

En España hay ocho millones de menores de 21 años. Las principales causa de muerte entre los menores de 14 años son además de las deformaciones congénitas, los accidentes y los tumores.