250.000 bilbaínos se quedan sin agua potable por la contaminación de la red

Cerca de 250.000 vecinos de Bilbao y tres municipios cercanos se encuentran desde ayer sin agua potable debido a la contaminación bacteriológica detectada en la red de suministro. Los problemas afectaron a la principal conducción de agua de Bilbao, que suministra al 70% de sus 350.000 habitantes. Los técnicos municipales creen que la contaminación pudo deberse a alguna explotación ganadera y confiaron en que mañana se pueda consumir el agua sin problemas. El Departamento de Sanidad informó ayer de que no había registrado ningún enfermo por el consumo agua.

Los primeros indicios de contaminación, de origen fecal, se detectaron el pasado lunes en una de las habituales inspecciones de la potabilidad de agua en uno de los 16 depósitos que distribuyen el agua en Bilbao, el de Elejabarri, según informó el Ayuntamiento. Los laboratorios municipales decidieron proseguir las pruebas al día siguiente hasta que ayer se "consiguió probar" que los niveles bacteriológicos superan lo establecido, agregó la corporación. Inmediatamente se comunicó la situación a la población y se prohibió el uso del agua para consumo, excepto para cocinar si se hierve un mínimo de diez minutos. El Ayuntamiento no precisó ni el agente contaminante en cuestión ni por qué no se decidió el mismo lunes suspender el suministro ante los indicios de problemas en el agua.

Los gérmenes infecciosos se detectaron en la red de agua procedente de la presa de Ordunte -situada en territorio de Burgos-, que constituye la principal fuente de abastecimiento de Bilbao y funciona desde hace más de 70 años. El agua se traslada hasta la capital vizcaína a través de un canal de hormigón enterrado y, a medio camino, se trata en una depuradora ubicada en el municipio vizcaíno de Zalla.

Según las fuentes consultadas, el problema se encuentra a partir de esta depuradora, por lo que además de a Bilbao, la contaminación ha afectado a los municipios de Zalla (7.800 habitantes), Gordexola (1.511) y Güeñes (5.800), que se abastecen de esta misma red. En un principio, la prohibición del consumo se extendió también a la localidad de Balmaseda, pero el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia levantó allí la alarma a media mañana al comprobar que el agua no presentaba problemas de toxicidad.

Bilbao es el principal damnificado, porque el 70% de sus 350.000 habitantes vio ayer cómo se prohibía el consumo de agua y sólo se recomendaba el uso higiénico y para alimentación en caso de ser hervida. Sólo los barrios más periféricos de la ciudad (San Ignacio, Arangoiti, Txurdinaga, Otxakoaga, La Peña, Santutxu, Bolueta y la parte alta de Uribarri) pueden consumir el agua con normalidad, ya que se abastecen de la red procedente de los embalses alaveses, gestionada por el Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia, que suministra actualmente el 30% del agua que emplean los bilbaínos.

Para atajar el problema, el Ayuntamiento bilbaíno decidió ayer cortar el suministro de agua desde la presa de Ordunte y utilizar la otra red de abastecimiento. Esta operación se estaba realizando durante la tarde y se esperaba culminar antes de que finalizase la jornada, señaló el gerente del Consorcio, Javier Olivares, porque sólo había que modificar los empalmes de tuberías. Esta actuación de urgencia no logrará acabar con la contaminación de las tuberías hasta mañana, según los técnicos municipales, cuando los gérmenes residentes en la red contaminada desaparezcan.

Sin afectados por ahora

A última hora de la tarde de ayer no se había registrado ningún enfermo por la contaminación, según confirmó el Departamento vasco de Sanidad. Un portavoz oficial dijo que, de producirse algún caso, los síntomas serían leves, porque los índices de contaminación del agua son bajos. Fuentes municipales añadieron que el proceso de incubación de enfermedades por los gérmenes se prolonga entre 24 y 48 horas, por lo que hasta hoy no es probable que se registren episodios de infección.

La demanda anual de abastecimiento de agua en Bilbao ronda los 50 hectómetros cúbicos, lo que supone llenar 200 veces por completo del campo de fútbol de San Mamés.

La capital vizcaína tiene una red de distribución del agua potable de 440 kilómetros de longitud, que discurre por toda la trama urbana de Bilbao para dar el servicio a los hogares, las bocas de riego y las de incendios.