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El Reina Sofía descubre un nuevo sistema de detección de tuberculosis

El centro cordobés logra reducir a 15 días el inicio del tratamiento

El servicio de Microbiología del Hospital Reina Sofía de Córdoba ha descubierto un nuevo sistema de detección de la bacteria que produce la tuberculosis y de otras 15 especies similares que provocan enfermedades relacionadas. El método reduce su tipificación a dos o tres días y permite iniciar el tratamiento en apenas dos semanas, una vez analizado el nivel de resistencia de estos microorganismos. Hasta ahora se tardaba un mínimo de tres meses en identificar e iniciar la terapia contra estas enfermedades.

Aunque en España es excepcional la muerte por tuberculosis, en el mundo fallecen millones de personas. La investigación, dirigida por el catedrático de Microbiología y jefe de este departamento en el hospital universitario Reina Sofía, Manuel Casal, fue reconocida en agosto pasado por la revista científica más prestigiosa del sector: Journal of Clinical Microbiology. Desde entonces se aplica en el hospital cordobés y ya ha comenzado a extenderse a diferentes hospital españoles y extranjeros.

La técnica, no obstante, aún no está al alcance de los países más lacrados por la tuberculosis, que es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las tres enfermedades contagiosas más peligrosas, junto al sida y el paludismo.

El hallazgo llega en un momento en el que se eleva la resistencia de las cepas a los fármacos actuales en diferentes zonas del mundo. Esto ocurre sobre todo en los países de la antigua Unión Soviética, China, algunos países de Latinoamérica y la zona subsahariana. Así, la OMS y la Unión Internacional contra la Tuberculosis "deben ahora organizar la implantación de este método por el mundo, ya que el problema es de instrumental, no de conocimiento", asegura Casal. En este hospital han sido formados microbiólogos de Marruecos o Latinoamérica, entre otros países.

Una vez extraída la muestra del paciente, generalmente de su esputo, se somete a un cultivo en equipos automatizados que multiplican rápidamente la bacteria -en caso de estar infectado- y se extrae el ácido nucleico de ésta. El material genético de la bacteria se confronta con un reactivo que contiene las 16 especies conocidas y potencialmente patógenas para el hombre. Además, el método posibilita encontrar mezclas de estas bacterias que pasaban inadvertidas y provocaban confusión en el diagnóstico tradicional.

A renglón seguido se estudia el nivel de resistencia de las cepas a los fármacos que actualmente combaten con eficacia la tuberculosis, que son diez, la mitad de ellos con cierta fiabilidad. El resultado de esta segunda fase está listo en una semana, aproximadamente.

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El doctor Casal considera que lo más importante es la rapidez con la que se puede iniciar el tratamiento, ya que el mayor problema de estas enfermedades es la transmisión. "Ahora, el paciente no tendrá que esperar meses sin saber lo que tiene y posibilitando el contagio", explica Casal.

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