La película 'Sevilla 2030' ilustra con ironía los objetivos del PGOU
El director del Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla, Manuel Ángel González Fustegueras, y el cineasta Juan Sebastián Bollaín, presentaron ayer Sevilla 2030, una película de media hora con la que se pretende difundir sin tecnicismos los objetivos del nuevo PGOU. La cinta, que se proyecta cada hora en el edificio del Bar Laredo (en la calle Sierpes), parte de la ficción de que Sevilla es elegida en el año 2030 como "modelo mundial de ciudad".
Las montajes digitales de la hipotética Sevilla del futuro, se mezclan con las imágenes de la ciudad actual y algunos fotogramas del pasado. La voz en off del actor Juan Diego va guiando al espectador hacia "la gestación del milagro": cómo se pasó de la Sevilla de hoy a la ciudad-paraíso en tan sólo tres décadas. "Sevilla tiene las ventajas del campo y de la ciudad", asegura un habitante de esa ciudad futura.
La clave, según Fustegueras y Bollaín, radica en la "democracia participativa": los ciudadanos diseñan la ciudad y las administraciones consultan cualquier decisión con el pueblo. El primer paso para esa participación mayoritaria, asegura Fustegueras, es la redacción del nuevo PGOU.
La película resulta crítica, irónica y divertida, aunque algunas de las metáforas que propone para ilustrar el futuro pueden traer polémica: para explicar la idea de "abrir las iglesias a los ciudadanos" que recoge el PGOU, una imagen digital presenta una pista de baloncesto y una piscina olímpica dentro de la Catedral; para proponer la recuperación del río como parte esencial de la vida de los sevillanos, unos nazarenos procesionan remando por el Guadalquivir delante de un paso-barco.
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