La resistencia de Irak frena a EE UU
Bagdad niega que EE UU haya tomado Basora, Um Qasr o Naseriyah
El camino a Bagdad no es un paseo. Las tropas estadounidenses están encontrando en las ciudades del sur del país más resistencia de la que esperaban. Al menos eso dicen los comunicados militares iraquíes. Después de tres días de caras largas y de cierta consternación, los portavoces del Gobierno de Sadam Husein sacaron ayer pecho y pasaron a la ofensiva informativa.
"Nuestras fuerzas resisten en el sur. No es cierto que el enemigo haya tomado Um Qasr, Basora o Nasiriyah", anunció el vicepresidente, Taha Yasín Ramadán. "Esperamos que vengan a Bagdad para darles una lección". Los superbombarderos B-52 no tardaron en responder. A las 17.30 se les oyó rugir de nuevo en el cielo y empezar su descarga mortal.
Fue el peor día de la guerra para los aliados, con un número considerable de bajas. El propio presidente estadounidense, George Bush, reconoció las dificultades: "Estamos al inicio de un combate muy duro", afirmó.
En el frente norte, fuerzas especiales norteamericanas fueron aerotransportadas al Kurdistán iraquí para luchar junto a los peshmergas enemigos de Sadam. Por segundo día consecutivo se bombardearon las ciudades de Kirkuk y Mosul, y las bases de una guerrilla integrista supuestamente ligada a Bin Laden.
"Las operaciones militares van estupendamente", dijo Ramadán a los periodistas. "Prueban que los gobiernos estadounidense y británico han basado su estrategia y sus planes en la información de los traidores a los que llaman oposición y el espionaje que les dice que Irak es un país dividido entre sus provincias, entre etnias, entre religiones, entre el Ejército y el pueblo, entre el Partido [Baaz] y el pueblo...". El vicepresidente iraquí deseó que sigan viviendo "en esa ilusión".
"No hay signos de que el régimen haya sido catastróficamente debilitado y si [los estadounidenses] esperaban que se produjera un levantamiento civil, tampoco lo ha habido", constata Wamid Nadmi, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Bagdad. "Al contrario, la resistencia en Um Qasr ha dado respaldo moral al Gobierno", afirma. Nadmi, la única voz crítica que se tolera en Irak, califica de "muy pobre" la propaganda de los medios de comunicación oficiales. "Se limitan a repetir eslóganes", lamenta. Sin embargo, eso cambió ayer cuando los portavoces gubernamentales pudieron anunciar las primeras victorias iraquíes.
El ministro de Defensa, general Sultán Hashim Ahmed, informó en persona anoche de que en las últimas 48 horas sus fuerzas habían frenado los ataques angloamericanos en todos los frentes. Junto a un mapa y en un relato pormenorizado de las actividades militares, dio cuenta de la destrucción de una treintena de carros de combate, del derribo de varios aviones (entre ellos uno no pilotado) y de las bajas enemigas, sobre las que no quiso ofrecer cifras. Más tarde informaron sobre 25 muertes. Sólo a preguntas de los informadores mencionó los prisioneros de guerra que poco antes había mostrado la televisión iraquí.
"Un trato correcto"
"Estamos en guerra y aún no hemos podido trasladar a todos los capturados hasta el cuartel general", declaró el ministro, dando a entender que había más de los cinco que aparecieron en las pantallas. "Los iraquíes tenemos valores, además de la Convención de Ginebra, que respetaremos", manifestó, antes de asegurar que les darán "un trato correcto". En cuanto a la posibilidad de que detengan a miembros de la oposición iraquí que colaboran con el Ejército estadounidense, dijo que "se les juzgará como traidores".
Pero el general no se extendió sobre estos temas, sino que insistió en los éxitos de sus tropas. "Estamos luchando en nuestro territorio y con resolución se puede vencer al enemigo cualquiera que sean sus armas", afirmó. Aun así, reconoció que le gustaría "que la guerra se acabara hoy mismo", por lo que aplaudió cualquier iniciativa en esa dirección. "Mientras tanto", señaló, "lucharemos de forma que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos puedan estar orgullosos de nosotros". Eso incluye dejar que los estadounidenses avancen a su gusto por el desierto y defender a capa y espada las ciudades.
A palo limpio
"Decían que iban a tomar Bagdad en 72 horas; ya han pasado cuatro días y ni siquiera han sido capaces de tomar Um Qasr", hace notar orgulloso un sargento que desayuna junto a los periodistas. "Que vengan, que ni siquiera vamos a usar nuestros Kaláshnikov para matarles, los vamos a degollar a todos", desafía. Aun así, el soldado insiste en pagar la ronda a los extranjeros. Esto es Irak. El visitante es recibido con cortesía; el invasor, a palo limpio.
"Cada ciudadano árabe y cada musulmán debe ser una bala en el pecho de los agresores hasta que abandonen la tierra del islam", instó Ramadán recurriendo una vez más a la religión para sumar fuerzas. El vicepresidente desestimó las informaciones norteamericanas sobre la presencia de sus unidades especiales en Bagdad y alrededores. "Ustedes están aquí, salgan y búsquenles", invitó. "Esperamos que vengan a Bagdad para darles una lección".
Fuentes diplomáticas extranjeras señalaron a este diario que "ha habido mucha desinformación en los medios occidentales porque se alimentan casi en exclusiva de fuentes estadounidenses y británicas". "Primero dijeron que habían ocupado Um Qasr y resulta que llevan tres días luchando; luego, que se había rendido Basora y ahora que no, que van a eludir esa ciudad. Hoy dicen que están a las puertas de Nayef y ya no me lo creo", manifestaba uno de los pocos embajadores que aún permanecen en Bagdad. "Tampoco están ocupando ninguna localidad importante", añadía.
Al mismo tiempo las autoridades iraquíes también se han apuntado un tanto propagandístico al poder mostrar, por primera vez desde el inicio de la ofensiva militar, que dos misiles habían alcanzado sendas zonas residenciales en los barrios de Al Qadisiya y Al Yamia, en orillas opuestas del río, al sur de Bagdad. En la visita a esos lugares la noche anterior, las autoridades sólo hablaron de "varios heridos". Un residente del barrio de Al Ameriya informó a esta enviada de que un tercer misil había afectado a varias viviendas en el distrito de Yarmuk. "Lo sé porque ha muerto un amigo mío", aseguró, sin que fuera posible contrastar la información.
Estos incidentes y las víctimas civiles de Basora, que los iraquíes han visto en las imágenes de Al Yasira que difunde la televisión local, empiezan a preocupar a la población. Al profesor Nadmi no le convence la explicación de que los bombardeos sólo se dirigen contra edificios públicos. "La mayoría de esos inmuebles han sido evacuados con anterioridad, ¿por qué los bombardean entonces?", se pregunta, "dicen que son edificios del régimen, pero yo defiendo que son edificios del país, igual que los americanos consideran que el Pentágono es suyo y no del Gobierno de Bush. ¿Por qué había de ser yo menos patriótico?".
Humo contra misiles
La capital iraquí amaneció ayer rodeada de una espesa nube de humo negro. Las zanjas de petróleo incendiadas el día anterior por los soldados emborronaban el cielo. Residentes en los barrios de Al Dora y Al Shab, entre otros, se quejaban de que el aire se había vuelto asfixiante. Las personas con problemas respiratorios también comenzaban a preocuparse.
"Es evidente que los gases que se desprenden dañan la salud, pero al menos esto se puede tratar, y los efectos de los misiles, no", declara un médico retirado. "Si hay que elegir entre recibir un impacto o respirar el humo, prefiero lo segundo", añade, convencido de las explicaciones facilitadas en los medios iraquíes.
La versión oficial asegura que el humo pretende evitar que aviones y misiles encuentren sus objetivos. Para ello estarían quemando petróleo, alquitrán y aluminio (con el fin de lograr dióxido de aluminio), aconsejados, al parecer, por expertos rusos. Fuentes aeronáuticas descartan, sin embargo, que eso sirva de algo. "No tiene ningún sentido porque tanto los [misiles] Tomahawk como los Cruise están guiados por satélite", explica un experto. "Tal vez podría despistar a un sistema de orientación por láser", admite, no obstante.
"Las posibilidades de que el humo despiste a un avión o a una bomba son menores del 10%", apunta por su parte un ingeniero iraquí. Este técnico interpreta que con la táctica de los fuegos los militares tratan de que los aviones espía no puedan fotografiar sus movimientos de tropas y material.
Desde hace un par de días Irak ha comenzado a desplegar a sus soldados en los alrededores de Bagdad. Algunos residentes que han cruzado ese perímetro relatan la existencia de una compleja red de zanjas, trincheras y túneles subterráneos por los que se mueven miles de uniformados. De momento, no se impiden los movimientos de entrada y salida de la capital.
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