El monasterio de la Encarnación, al alcance de los internautas
Patrimonio Nacional y Telefónica llevan el arte al ciberespacio
El monasterio de la Encarnación, florón artístico de la ciudad desde el siglo XVII, acaba de trascender la tan madrileña atmósfera de las inmediaciones del Palacio Real donde ha permanecido cuatro siglos para adentrarse, a partir de ahora, tras la entraña más honda del cristal líquido. Ahí, en ese paraje sin tiempo donde despliega sus encantos la informática, todos los tesoros del regio convento flotan desde el jueves al alcance de cualquier navegante.
Tal mutación ha sido posible en virtud de un acuerdo suscrito entre Patrimonio Nacional, que regenta y restaura el monasterio, y la Fundación Telefónica, que ha diseñado la herramienta ciberelectrónica. Con ella persiguen acercar el contenido del cenobio madrileño hasta aquellas personas que, señaladamente desde el extranjero, buscan satisfacer su interés por conocer qué es lo que alberga. Y lo que el monasterio madrileño alberga es una jugosa porción de la historia pictórica y escultórica en España: Carducho, Fernández, Ribera y Jordán. Relicarios, ornamentos, textiles, todo rezuma esa belleza siempre actual cincelada por la historia que llamamos arte.
Uno de los más afamados próceres madrileños, Lope de Vega, preside los jardines que existen a su entrada. Una hija suya profesó sus votos en este convento, cuyo impulso obedeció al deseo de la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, por satisfacer su piedad devota, en una época en la que la licenciosa vida de la Corte hallaba en las fundaciones religiosas urdidas por manos regias beatífico contrapeso.
Ahora, cualquier persona, desde cualquier rincón del mundo, si se ve provista de un ordenador conectado a la red informática, podrá bucear por las recoletas estancias del gran caserón edificado por Juan Gómez de Mora con la mente puesta en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Sin embargo, no pudo empedrarlo por completo; sus muros muestran la mampostería con verdugadas de ladrillo y piedra características del Madrid barroco, también del añejo arte mudéjar.
Las visitas que el navegante puede realizar son de cuatro tipos: rápida, privada, guiada y libre. La más personal es la última, ya que incluye recónditos parajes apenas perceptibles en la visita presencial. Los cuatro tipos de recorridos son posibles gracias al batido fotográfico que los ideadores de esta inserción del monasterio en la red informática realizaron previamente, de manera que lograron reedificarla de manera tridimensional.
Con esta inserción, acompañada por música de época y un cuidadoso sombreado icónico, progresa la campaña de Patrimonio Nacional y Fundación Telefónica por adentrar en sitios virtuales palacios regios como Aranjuez, San Lorenzo y La Granja, o catedrales como Cuenca en el lugar www.arsvirtual.com
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