El Foro del Agua afirma que el ritmo de consumo es insostenible

El reto es llevar agua a los 8.000 millones de personas que poblarán la Tierra en 2025. Y hacerlo pese al aumento de la población y del cultivo, del cambio climático y del agotamiento de los recursos. Las dificultades son tantas que el Consejo Mundial del Agua asegura que o se afronta ahora el problema o podría no haber agua suficiente para alimentar la población en 2025. Más de 10.000 delegados de 150 países, expertos y ONG comenzaron ayer a debatir el problema en Japón, en el III Foro Mundial del Agua, que concluirá el domingo.

Actualmente un 20% de la población mundial no tiene acceso al agua potable. El Consejo Mundial del Agua, que organiza la cumbre, afirma que la proporción puede ser del 50% en 2025 debido al aumento de la población y la sobreexplotación del agua si no se aborda el problema. La estimación no puede estar más lejos del objetivo de la cumbre de Johanesburgo de 2002: reducir a la mitad la proporción de personas sin agua potable en 2015.

Según el Banco Mundial, la inversión para llevar agua a países en desarrollo es de 80.000 millones de dólares al año. Insuficiente. El estudio calcula que para cumplir el compromiso de Johanesburgo la cantidad debería ascender a 100.000 millones al año y estima que adecuar no sólo el agua de consumo, sino el riego y tratar los residuos costaría 180.000 millones de dólares al año hasta 2025. Desde 1997 los fondos para la puesta en marcha de obras hidráulicas han caído a la mitad, según el Consejo Mundial del Agua.

¿Quién va a pagarlo? "No hay tanto dinero público disponible", sentencia por teléfono el vicepresidente de desarrollo sostenible del Banco Mundial, Odin Knudsen. Ahí surge la principal disputa: la gestión del agua. El Banco Mundial apuesta por que el agua la gestionen empresas mixtas. Knudsen afirma que el mercado no puede controlar el agua, pero que muchos países no pueden afrontar las inversiones necesarias (el banco apunta a la corrupción como una de las causas).

Las ONG se oponen. La organización Friends of the Earth afirma que las multinacionales "ponen sus intereses por encima de las necesidades de la población".François Guerquin, coordinador del Consejo Mundial del Agua, intentaba ayer desde Japón encontrar un punto intermedio: "El tema no es blanco o negro. La responsabilidad debe ser de los Gobiernos, pero en algunos lugares deberían plantearse colaborar más con el sector privado".

Además, el Banco Mundial aconseja subir el precio: "No es realista pedirles a los agricultores que ahorren si el agua no les cuesta nada". El prestigioso International Food Policy Research Institute (IFPRI) coincide: "Los precios no sólo animan a ahorrar agua, sino que generan fondos para nuevas infraestructuras".

Un portavoz de la FAO señala que lo fundamental es ahorrar en la agricultura, que gasta el 70% del total de agua: "Actualmente el 60% del agua agrícola se pierde. El aumento de población no es un problema si se mejora le eficacia del riego".

Aparte de las inversiones en la mejora del riego, el Consejo del Agua señala que es muy positiva la aparición de cultivos mediante ingeniería genética que consumen menos agua. Ya existe un arroz transgénico capaz de crecer en condiciones de sequía y salinidad. Sin embargo, Joachim von Braun, director general del IFPRI, estima que faltan 30 años hasta que se desarrollen más variedades y su expansión afecte al ahorro de agua.

Estos cultivos serán necesarios si, como prevén los científicos, el cambio climático agudiza las sequías y aumenta las inundaciones. Según el Consejo, "el número de inundaciones ha crecido en los últimos 50 años: en la década de los cincuenta hubo seis grandes inundaciones; siete en los sesenta; ocho en los setenta; 18 en los ochenta, y 26 en los noventa. [...] Las inundaciones entre 1971 y 1995 afectaron a más de 1.500 millones de personas. Entre ellos hubo 318.000 muertes y más de 81 millones perdieron su hogar". El cambio climático hace más irregulares e impredecibles las lluvias.