Un enviado de Rusia negoció con Sadam su salida del poder
El dictador iraquí rechazó la propuesta del ex jefe de Gobierno ruso Primakov
Rusia ha intentado convencer al líder iraquí, Sadam Husein, de que se retire de forma voluntaria para evitar la guerra, según manifestaron ayer en Moscú altas fuentes diplomáticas norteamericanas. Persuadir a Sadam de que dejara el poder y "evitara el desastre" formaba parte de la misión con la que viajó a Bagdad el ex jefe del Gobierno ruso Yevgueni Primakov el pasado febrero por encargo del presidente Vladímir Putin, señalaron las fuentes, que aseguraron conocer el contenido de aquella visita.
Primakov, un veterano político con gran experiencia en el mundo árabe, tiene una relación personal con Sadam y, según las fuentes, no ha sido el único emisario ruso encargado de transmitir al líder iraquí el mensaje de que se vaya. La propuesta rusa de retirada, sin embargo, no tuvo éxito, porque Sadam reaccionó con "una indignación previsible ante la mera idea".
Diferente de la misión de Primakov ha sido la del jefe de la Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento ruso), Guennadi Selezniov, quien emprendió viaje a Bagdad por su propia iniciativa, aunque llevara algún mensaje de Putin. La visita de Selezniov resultó contraproducente", porque "fue instrumentalizada por la propaganda de Sadam para intentar crear divisiones" entre los miembros del Consejo de Seguridad, señalaron las fuentes. Éstas se mostraron dispuestas a garantizar un lugar de exilio a Husein en la base militar de Guantánamo (Cuba), donde están confinados los sospechosos de terrorismo capturados por EE UU en Afganistán.
También Gorbachov
También el ex presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, se manifestó ayer a favor de la retirada de Sadam y afirmó que la desaparición de la escena política del líder iraquí es "la única salida de la situación", ya que permitiría evitar la guerra y abrir el camino a una nueva dirección política del país.
EE UU no había perdido ayer aún la esperanza de que fuera posible "acercar" las posiciones entre Rusia y la resolución respaldada por Washington, Londres y Madrid. El presidente Putin "guarda silencio en los últimos días"; mientras tanto, el ministro de Exteriores, Ígor Ivanov, que regresaba ayer a Moscú, reitera que Rusia recurrirá al veto.
"En los cálculos de Putin la relación con Washington es de extrema importancia", dijeron las fuentes, según las cuales el veto ruso resultaría "decepcionante", pero "no alteraría el rumbo estratégico de la relación ruso-norteamericana". Las fuentes dijeron haberse "sorprendido" por el acercamiento a Francia que Putin adoptó el pasado febrero en París, donde abandonó la "ambigüedad" que había mantenido hasta entonces.
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