El Observatorio de Bioética reclama que se legalice la elección del sexo de los hijos

En España no debería estar prohibida, en determinadas circunstancias, la selección del sexo de los hijos. Ésta es la opinión del Observatorio de Bioética y Derecho (OBD) de la Universidad de Barcelona. La legislación actual sólo autoriza la selección de sexo por motivos diagnósticos o terapéuticos en el caso de enfermedades hereditarias ligadas al sexo como la hemofilia. El observatorio propugna modificar la normativa actual para que se admita "satisfacer el deseo legítimo pero no crucial" de los padres de elegir el sexo de sus hijos por razones no terapéuticas.

El OBD es un organismo de referencia en cuestiones de bioética que agrupa a numerosos expertos de diferentes especialidades. "Decidimos elaborar el Documento sobre selección de sexo porque la prohibición legal existente está siendo muy cuestionada", afirmaron ayer la directora del Observatorio, María Casado, y el catedrático de Biología Celular de la Universidad Autónoma de Barcelona Josep Egozcue, durante su presentación. Reino Unido abrió en octubre del año pasado este mismo debate con una consulta a organizaciones y profesionales especializados a través de un documento publicado por la Autoridad en Embriología y Fecundación Humana.

Los principales motivos aducidos en el documento para legalizar la elección del sexo son el interés del hijo y la posibilidad de evitar un aborto terapéutico, por delante del equilibrio familiar, "aunque éste pueda ser el motivo más frecuente", añadió Casado. No hay razones de peso para mantener la prohibición, ya que no hay riesgo, si se regula adecuadamente, de un uso discriminatorio para uno de los sexos.

Diversos estudios señalan, según Casado, que en España, igual que en el resto de países occidentales, "no existe una preferencia definida por ninguno de los sexos y que por esto, el hecho de elegir no conlleva ningún desequilibrio demográfico". El Observatorio subraya que "la prohibición tajante del Estado sobre la selección de sexo constituye una barrera que limita la decisión ciudadana mientras que, a la vez, resulta inefectiva para evitar el fantasma de los hijos a la carta.

En estos momentos, en los procesos de fecundación asistida, el médico conoce el sexo de los embriones obtenidos, y sería factible elegir el sexo, pero lo elige al azar el facultativo. Casado considera que las parejas afectadas deberían poder tener la opción de decidir el sexo de su futuro hijo.

Los expertos consultados por el Observatorio de Bioética insisten en que esta técnica puede autorizarse, siempre que se compruebe que no se produce como resultado una discriminación demográfica y siempre que los medios utilizados sean proporcionados al fin. En las parejas que no necesitan someterse a la fecundación asistida para procrear, recomiendan la técnica de selección de espermatozoides, ya que no estaría justificado recurrir a la obtención de embriones in vitro sólo para poder seleccionar el sexo. Sin embargo, el observatorio tampoco se cierra completamente a esta posibilidad "si la pareja adquiere el compromiso formal de utilizar o donar los embriones sobrantes del sexo no deseado".

La técnica de selección de espermatozoides consiste en separar los que tienen cromosoma X (para elegir niña) de los que llevan cromosoma Y (si se desea un niño). En este caso, la elección de una niña tiene más posibilidades de éxito que la selección de varón (90% frente al 62%).