"Un abogado trabaja con nosotros en la búsqueda de patatas mejores"
Sharon Regan, de 41 años, es experta en biotecnología de plantas y trabaja con patata y varias especies de árboles. Su grupo en la Carleton University, en Ottawa, Canadá, busca no sólo "mejorar la salud y la calidad de la patata", sino también "desarrollar patatas que sean especialmente adecuadas para freír, por ejemplo". Sin embargo, Regan no quiere crear nuevos transgénicos; en este caso, la biotecnología es una herramienta para encontrar "cualidades interesantes" ya existentes en la naturaleza, que luego se seleccionan con métodos convencionales. Esta experta participó recientemente en un encuentro en Madrid organizado por Genome Canada y la fundación Genoma España para establecer colaboraciones entre investigadores y empresas españolas y canadienses.
"El objetivo es identificar cualidades tradicionales, pero con nuevas técnicas"
Pregunta. ¿Cómo es la situación en Canadá respecto a los transgénicos?
Respuesta. En Canadá tenemos un montón de alimentos transgénicos. Un montón. Muchos de ellos, sobre todo los procesados, es difícil saber que lo son. Los aceites de colza, o de soja, por ejemplo. Llegaron al mercado y la gente no tuvo tiempo de reaccionar.
P. ¿No hay rechazo?
R. No, bueno, diría que la gente aún está preocupada, pero los transgénicos están tan infiltrados que el consumidor no puede hacer nada. Y como no se conocen efectos secundarios derivados de su consumo, la gente está empezando a dejar de preocuparse.
P. La información sobre transgénicos parece contradictoria, confusa.
R. Sí, es muy confusa. La gente hace estudios muy especializados que demuestran una cosa, y enseguida otros van y demuestran lo contrario. Realmente, no conocemos los efectos a largo plazo de los transgénicos. Por ejemplo, el polen de una planta modificada genéticamente, ¿afecta a las mariposas? ¿Polinizará otras plantas?
P. ¿Si las cosas son tan confusas, no es más lógico esperar a que se aclaren para liberar más transgénicos al medio?
R. En un mundo perfecto, sí. Pero al menos en Norteamérica dieron el visto bueno a los transgénicos mucho antes de que nadie supiera nada de las implicaciones ambientales. Y, como en muy pocos casos demostrados ha habido un problema, es difícil decir: "Vale, vamos a parar esto". Realmente, nadie puede demostrar que algo está yendo mal. No digo que no sea así, sólo que está resultando difícil demostrarlo. Sí vemos un peligro potencial en la contaminación de variedades naturales de plantas, pero desconocemos qué impacto tiene esto a largo plazo.
P. ¿Qué convierte a una patata en idónea para freír?
R. Pues que sea muy larga, que no absorba la grasa -para que sea más saludable-, que no se oscurezca por dentro... Que sea de tamaño adecuado y regular, resistente a las enfermedades...
P. ¿Cómo buscarán esa patata?
R. La agencia pública con la que colaboramos tiene 50 años de experiencia en este campo, y usaremos ese conocimiento para crear una patata de élite. Pero no estamos interesados en crear una patata transgénica. Queremos usar la biotecnología para identificar patatas especialmente adecuadas para determinadas cosas. Hay miles de patatas en el mundo, la mayor parte en Sudamérica; puedes buscar una variedad con una resistencia natural a determinada enfermedad, y después cruzarla por los métodos tradicionales. El objetivo es identificar cualidades tradicionales, pero con nuevas técnicas.
P. ¿Qué obtiene Suramérica a cambio?
R. Hemos tenido eso muy en cuenta. Tenemos una sección dedicada a los asuntos éticos, medioambientales y legales de la genómica, y especialmente de la patata. Debe haber una compensación para Suramérica, es la única manera de frenar la biopiratería. Hay un abogado en el equipo que trabajará en esto durante los próximos tres años.P. ¿Cómo ve el futuro de la biotecnología de alimentos?
R. Mejorará nuestra situación. Hemos estado cruzando especies durante miles de años, y en el proceso hemos perdido un montón de cualidades; ahora, la biotecnología nos permite recuperarlas. No estoy segura de si eso conduce necesariamente a los alimentos transgénicos. Yo tiendo a alejarme de ellos, pero veo sitio para ambos. Veo un gran potencial, por ejemplo, en vacunas comestibles para donde no hay neveras, o en plantas más nutritivas, como el arroz dorado.
P. ¿En qué consiste su colaboración con grupos españoles?
R. Colaboramos con un grupo en la Universidad de Málaga que trabaja en tomate y pimiento. El tomate, el pimiento y la patata están tan relacionados que lo que aprendemos en uno sirve para entender los demás. Planeamos hacer proyectos paralelos en las tres especies. Es muy interesante.
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