Irak promete un informe sobre sus armas químicas y biológicas antes de una semana
El Gobierno de Bagdad ha destruido ya 16 misiles Al Samud 2 desde el sábado
Los últimos intentos de Irak de cumplir con las exigencias de la ONU van a dificultar el respaldo a una nueva resolución en el Consejo de Seguridad. Bagdad ha prometido a la Comisión de desarme la entrega, antes de una semana, de un informe detallado sobre las cantidades de carbunco (ántrax) y gas nervioso VX que asegura haber destruido en 1991. Además, un portavoz oficial iraquí anunció la eliminación de "entre siete y nueve misiles" más, de acuerdo con el calendario fijado con los inspectores para el desmantelamiento de su programa Al Samud.
Hiro Ueki, portavoz de la Comisión de Desarme (Unmovic) en Bagdad, anunció ayer que durante las conversaciones técnicas mantenidas la noche anterior, Irak se había comprometido a entregar a los inspectores información detallada sobre las cantidades de ántrax y gas VX que afirman haber destruido en 1991. "Nos han informado de que tienen previsto entregarnos la documentación pertinente en el plazo de una semana", dijo Ueki.
El día anterior, el máximo responsable del desarme iraquí y consejero presidencial para Asuntos Científicos, general Amer Saadi, dio cuenta de avances en las excavaciones en dos zonas de vertido en los alrededores de Bagdad. "En Al Aziziyah hemos encontrado al menos ocho bombas R-400 intactas, lo que permitirá analizar su contenido y comprobar nuestros argumentos", dijo Saadi.
El general se mostró confiado en que las nuevas tecnologías disponibles permitirían también verificar que eliminaron una tonelada y media de gas nervioso, sobre cuyo paradero investigan los inspectores, en el vertedero de Al Muthanna. Los expertos de la ONU son escépticos sobre la posibilidad de cuantificar un agente vertido en la tierra hace una década.
La discrepancia entre las cantidades de agentes biológicos y químicos que Irak tenía en 1990, según la documentación en poder de los inspectores, y los que resultaron destruidos bajo supervisión de la ONU entre 1991 y 1998, constituye uno de los principales argumentos de EE UU para acusar al régimen de Bagdad de esconder armas de destrucción masiva. Las autoridades iraquíes defienden que procedieron a su destrucción unilateral en 1991. Sin embargo, han sido incapaces de probarlo.
Irak declaró inicialmente que poseía 8.500 litros de ántrax, pero Unscom (la Comisión de desarme que precedió a Unmovic) estimó que podía haber producido hasta 25.000 litros. Los expertos aseguran que, una vez deshidratado, en forma de polvo, esa cantidad sería suficiente para llenar miles de ojivas. Apenas unos gramos de ese agente biológico enviados por correo causaron el pánico en Estados Unidos en el otoño del año 2001, poco después de que se produjeran los atentados del 11-S.
"La estimación de los inspectores sobre la cantidad de ántrax sólo se basa en un cálculo numérico: que entre 1988 y 1990 nuestras instalaciones trabajaron sin parar, día y noche, para producir esas cantidades", ha asegurado, en una reciente entrevista, Rihab Taha. La antigua responsable del programa de armas biológicas, más conocida como Doctora Germen, subrayó que "no es un cálculo realista".
Entre las cuestiones pendientes también está averiguar qué parte de ese material fue utilizado para armas biológicas o cuántos proyectiles se rellenaron con él, como en el caso de las bombas R-400. Los iraquíes confían en que los inspectores de la ONU dan por bueno su cálculo de que en Al Aziziyah destruyeron 157 de esos proyectiles cargados con ántrax. Un equipo biológico de Unmovic ha tomado muestras de tres de ellos.
En cuanto al gas nervioso VX, varios informes estratégicos coinciden en que "Irak ha mantenido precursores para la producción de gases VX, sarín y mostaza", a pesar de que Unscom destruyó al menos 480.000 litros de esos agentes químicos y 1,8 millones de litros de sus precursores. La información del jefe de los inspectores, Hans Blix, difiere de la facilitada por Bagdad en 1,5 toneladas de VX.
Por otra parte, se eleva a 16 el total de misiles Al Samud 2 inutilizados desde que el sábado iniciaran el proceso, poco antes de que expirara el plazo que fijó Blix. Un portavoz iraquí aclaró que su país "no parará la destrucción de esos cohetes tal como de forma incorrecta han interpretado algunos medios de comunicación" las palabras del general Saadi.
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