Cela Conde publica su primera novela y se confiesa deudor de su padre como creador de 'Pascual Duarte'
Es su primera novela y con ella le ha llegado también el Premio Fernando Quiñones. Camilo José Cela Conde (Madrid, 1946) lo ha ganado por Como bestia que duerme (Alianza), una historia en la que le es difícil hablar de argumento porque, según él, "tiene distintas perspectivas". Hay un monstruo imaginario que duerme en el mar, dos niños que construyen el futuro como debe ser y adultos que tergiversan el pasado como les gustaría que hubiese sido. Hay, también, tiempo de derrota, una posguerra de pobreza y miseria humana, vencidos en todos los bandos, venganza, amor y odio...
Y huellas de su padre, el escritor Camilo José Cela. "Las hay como en todos los novelistas españoles desde que se publicó La familia de Pascual Duarte hasta hoy. Mi padre abrió entonces una puerta por la que todos hemos entrado", asegura Cela Conde. Como bestia que duerme es su primera novela, pero no el primer libro de este antropólogo, catedrático de la Universidad de las Islas Baleares, periodista que colaboró en Triunfo y ahora publica diariamente en el Diario de Mallorca. Son algunos de sus múltiples talentos. "Soy navegante, pescador, autor de cuentos, novelista, tengo muchas vocaciones y no cabe jerarquizarlas", dice.
Lleva la sombra de su padre con gusto. "Vaya donde vaya, siempre soy el hijo de Cela", cuenta. Quizá por eso se pensó mucho escribir una novela. "Me ha costado 12 años y he hecho seis versiones", afirma, "así que no sé si tendré tiempo para hacer otra". Gusto no le falta. "Hay escritores profesionales que dicen sufrir con sus libros, yo he disfrutado mucho".
Quiere olvidar los episodios negros de su vida. En el último año, han muerto su padre y su madre, Rosario Conde. "Cuando murió mi padre y se montó todo aquel número, que lamento, tomé una decisión que es dejar el asunto de la herencia en manos de un abogado, Miquel Capellá, para no tener que saber nada del asunto. Para mí, ese tema no existe", afirma. De su madre, le da pena que muriera antes de haber leído la novela. "Le hubiera gustado, como a todas las madres", dice.
Con ella siempre evitó los temas escabrosos, como el episodio de su padre censor en la posguerra. "Yo me enteré en 1989 y mi reacción fue distinta de la que hubiese sido en los años sesenta". La vida le ha hecho comprensivo: "Muchas veces he pensado qué circunstancias le llevaron a tomar una decisión así".
Babelia
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