Valerio Manfredi enlaza a Julio César con la espada 'Excalibur' en su nueva novela, 'La última legión'

Una sorprendente línea une a Julio César con la leyenda artúrica en la nueva novela del italiano Valerio Manfredi, La última legión (Grijalbo). Sólo el autor de Aléxandros, El oráculo y Quimaira, entre otros éxitos de ventas, con todo su conocimiento del mundo antiguo y su osadía narrativa, se atrevería a lanzarse a una aventura como la que ahora propone Manfredi. La trama, que arranca con el hecho histórico de la deposición en el año 476 del último emperador romano, el niño Rómulo Augusto, conocido como Augústulo -Augustito-, se centra en un supuesto rescate del pequeño césar a cargo de un grupo de ex legionarios que le conducen hasta Britania, donde juntos abanderan la lucha contra los bárbaros anglos y sajones, enlazando directamente el final del mundo clásico con el mito del rey Arturo. En el argumento, además de la legión perdida del título, juega un papel esencial la vieja espada de Julio César que, por un azar del destino, acaba deviniendo nada menos que en la legendaria Excalibur.

Manfredi, ayer de visita en Barcelona, asegura que en su argumento hay menos fantasía de lo que parece. "Fue el prestigioso celtista Vescelas Kruta, de la Sorbona, buen amigo, el que me ofreció la clave de una interpretación latina del nombre Excalibur, y así he podido hacer proceder la espada del mundo mediterráneo. El asunto tiene una importante dimensión simbólica e ideológica, pues permite mostrar un paso de testigo del Imperio Romano a otro gran imperio mundial, el británico. En ese sentido, quise hacer una parábola sobre el fin de los imperios y la herencia de las civilizaciones".

Convertir al crepuscular Rómulo Augústulo, del que apenas tenemos unas líneas en las fuentes históricas, en personaje central de una novela -y en Pendragón, padre de Arturo- tiene su reto. "El silencio de la historia es una tentación irresistible para un escritor", dice, con una gran sonrisa, Manfredi, que añade que fue la visión de un escalofriante acantilado en la isla de Capri -donde, según alguna tradición, estuvo el último emperador de Occidente preso- lo que le inspiró la idea de una gran aventura, "una misión imposible", sobre su rescate.

La peripecia incluye combates clandestinos de gladiadores, persecuciones por media Europa, los misterios arqueológicos y las precisiones de topografía antigua que tanto gustan a Manfredi, y hasta la destrucción de una legión a manos de los bárbaros de Odoacro.

Arturo y las legiones

El novelista recalca que, pese a que a algunos lectores les sorprenderá la estrecha conexión del mundo de las legiones romanas con el del rey Arturo, el universo en el que se desarrolló la leyenda de este último era en puridad tardorromano, "y no el de los caballeros medievales con armaduras milanesas del siglo XV en el que se suele ambientar". Manfredi toma como uno de los héroes centrales de su novela, protector del niño emperador, al legionario Ambrosius Aurelianus, un personaje misterioso acreditado por el historiador Gildas como caudillo britano y tenido por "el último de los romanos". Y no duda en convertir al filósofo preceptor de Rómulo Augústulo en... Merlín.

Manfredi escribe en la actualidad una novela sobre el tirano Dionisio de Siracusa, que acuñó la frase "las democracias son insuficientes", y pasó la misma noche de bodas con dos mujeres.

En cuanto al proyecto de la película sobre Alejandro Magno basada en su Aléxandros, Manfredi explicó que para febrero está previsto el inicio de construcción de decorados en Marruecos y el rodaje podría empezar en octubre. Para Manfredi, Leonardo DiCaprio, que debe encarnar al personaje, puede dar bien la parte aniñada y efébica de Alejandro.