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Una piel metálica translúcida transformará el IVAM en un 'faro del arte' de 30 metros

La ampliación proyectada por los arquitectos Sejima y Nishizawa estará lista en 2006

Ferran Bono

La imagen es la de una gran caja de 30 metros de altura que aloja en su interior el actual edificio del IVAM con el fin de generar nuevos espacios públicos, además de crear una estructura insólita como identidad. Esta piel metálica, perforada y translúcida, constituye la propuesta más innovadora del anteproyecto de ampliación del IVAM, presentado ayer en Valencia por los arquitectos japoneses Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa. El museo se transformará en un faro del arte, según sus responsables, y pasará de 18.000 a 31.000 metros cuadrados. Costará 45 millones de euros.

Sejima (Ibaraki, 1956) y Nishizawa (Tokio, 1966), que forman el equipo Saana, explicaron que la fina estructura metálica (de unos diez centímetros de espesor) se ha utilizado con anterioridad, pero "nunca se ha hecho con estas dimensiones", por lo que su uso será "pionero". La idea es que el recubrimiento, con perforaciones en forma de ojos de buey, provoque un juego óptico que permita al mismo tiempo distinguir desde la distancia el edificio actual y observar desde el interior el emplazamiento del Instituto Valenciano de Arte Moderno, entre el barrio histórico del Carme y el antiguo cauce del río Turia. "La piel estará muy elevada y creará un espacio muy confortable", añadió Sejima.

"No es sólo una pieza ornamental, sino también estructural, que hará posible convertir la terraza en una parte del museo" y en un espacio de uso público, señaló el director del IVAM, Kosme de Barañano. "La solución me parece correcta", afirmó el arquitecto Emilio Giménez, responsable, junto a Carlos Salvadores, del edificio original abierto en 1989.

Esa piel metálica acaparó la atención de la presentación. Las obras de ampliación empezarán en el último trimestre de 2004 y concluirán a finales de 2006, según las previsiones. El museo deberá cerrar sus puertas durante seis meses para la colocación de la membrana que actuará como capa térmica, permitiendo la entrada de corrientes de aire y protegiendo los 2.100 metros cuadrados de la futura terraza de los rayos del sol y de la lluvia. La caja, que comparte el blanco de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, de Santiago Calatrava, convertirá la actual explanada de acceso al IVAM en un espacio protegido.

"El edificio aumentará su visibilidad urbana y se convertirá por la noche en un faro del arte", comentó el director adjunto del IVAM, Pablo Otaola, que se ha convertido en el interlocutor de los arquitectos, autores de diversos museos y edificios, sobre todo en Japón, y finalistas en la reconstrución de la zona cero de Nueva York. Sejima ya se había labrado una sólida carrera internacional en solitario que la situó como uno de los más firmes valores de la nueva arquitectura japonesa.

Lo cierto es que en las maquetas y figuraciones del anteproyecto, que se exhiben en una exposición en la que los ciudadanos pueden opinar, sorprende la gran volumetría del futuro IVAM con respecto al barrio, declarado bien de interés cultural, que lo alberga. Se pretende que la terraza, donde se ubicarán el restaurante, una sala de exposición y un jardín escultórico, sea un privilegiado mirador de libre acceso. El consejero de Cultura, Manuel Tarancón, aseguró que el diseño tiene el visto bueno de la Consejería de Obras Públicas y del Ayuntamiento.

El anteproyecto recoge la vieja reivindicación de abrir el museo al barrio por detrás. Para ello, se creará una nueva plaza de entrada conectada con el vestíbulo principal, que tendrá una cafetería y una librería. Además, se podrá acceder por un lateral. En esa plaza se construirá un edificio para auditorio y oficinas, y dos sótanos destinados a almacén, zona de carga y otros servicios. También se ampliará la biblioteca actual.

En total se ganarán unos 3.000 metros cuadrados de espacio expositivo (el total será de 8.028), repartidos en seis nuevas galerías, que se sumarán a las siete existentes. Representantes vecinales de las 21 familias que han rechazado las condiciones de compra y expropiación volvieron ayer a reclamar su realojo en el barrio.

El anteproyecto puede experimentar alguna pequeña modificación, pero "está totalmente definido y están muy claros los usos que se les va a dar", manifestó Otaola. Su presupuesto, de 45 millones de euros, aumenta en 15 al apuntado en un principio. Otaola, sin embargo, incidió en que el coste de 2.477 euros por metro construido es inferior al de museos como el Guggenheim de Bilbao (3.464) o a la ampliación del Reina Sofía (2.650).

Figuración de la fachada principal del IVAM con la piel metálica que lo cubrirá, según el proyecto de ampliación de Sejima y Nishizawa.
Figuración de la fachada principal del IVAM con la piel metálica que lo cubrirá, según el proyecto de ampliación de Sejima y Nishizawa.

Un largo diálogo

Hasta nueve proyectos han barajado los arquitectos japoneses en "un proceso atípico en España porque el diálogo ha durado desde mayo del pasado año al presente mes de febrero y se ha extendido a todos los trabajadores del museo", señaló el encargado de coordinar la ampliación, Pablo Otaola. De hecho, uno de los problemas fue que los primeros esbozos de los arquitectos elegidos por la dirección del IVAM implicaban una actuación mucho más drástica sobre el edificio existente, que suponía el cierre del museo por más tiempo que los seis meses previstos ahora. No eran, en todo caso, los primeros planos, porque el actual proyecto de Saana ha sustituido al ya elaborado por la Consejería de Cultura, con un coste estimado de 25 millones de euros. Incluso fue presentado en septiembre de 2000 por el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana.

El director del IVAM, Kosme de Barañano, ha dicho que la ampliación vendrá a suplir la pérdida de la emblemática subsede del Centre del Carme, que será Museo del Siglo XIX.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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