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Reportaje:GUÍA DE ARQUITECTURA DE BILBAO | ARQUITECTURAS

Dietario crítico del cemento

Bilbao ha recibido a la última arquitectura de firma sin dar la espalda a su pasado reciente y remoto, aunque quizá las aportaciones de aquellos tiempos no cuenten con el reconocimiento que tienen las contemporáneas. De ahí la utilidad de la recién publicada Guía de arquitectura metropolitana de Bilbao, que trata de explicar el contexto al visitante y de recordar al paisano que la ciudad no se hace en dos días. Escrita por Javier Cenicacelaya, Antonio Román e Iñigo Saloña, la obra efectúa un recorrido crítico por más de 250 edificios e intervenciones urbanísticas de un territorio que recorre el Nervión desde su desembocadura en Getxo y Santurtzi hasta Basauri, con especial atención al centro neurálgico de la ciudad.

Después de este paseo queda claro que son indudables las aportaciones del eclecticismo, el racionalismo y las últimas corrientes internacionales a la conformación de la urbe. Los dos primeros estilos, porque su difusión coincide con el esplendor de la burguesía que construye Bilbao; el tercer componente, por las evidentes virtudes de la arquitectura como motor impulsor de la nueva ciudad.

La guía acoge estos hitos, pero también otros momentos de estos últimos siete siglos. "La primera pregunta era siempre: ¿merece la pena ir a visitarlo? La selección de las obras no quería ser un mero inventario", recuerda Antonio Román. El libro, de 230 páginas, es un encargo de la delegación vizcaína del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, que sacó a concurso la realización de una guía actualizada.

"El verdadero motor de la guía fue el metro, con el que se recuperó el concepto de Gran Bilbao. El gran déficit que tenía la literatura sobre la villa era el plasmar esa estructura metropolitana", apunta el autor de una selección que no olvida el comentario crítico: "Teníamos claro que había que introducir una valoración de las obras, pero también hemos querido incluir un apunte histórico".

Por ejemplo, la reseña de una de las referencias del racionalismo, el edificio La Aurora, de la Plaza Moyúa, supone una página completa con dos fotografías y un comentario elogioso: "[El arquitecto] Galíndez hace gala en el edificio La Aurora de un dominio magistral de la composición", pero también se analiza su posible vinculación con la obra de Adolf Loos, que los autores niegan.

Al reflejar las últimas aportaciones, también hay comentarios incisivos. Sin ir más lejos, el colofón a la ficha del Guggenheim, considerado como el edificio más relevante del último cuarto del siglo XX: "Cuando en Bilbao se recurre a la arquitectura de autor sin mostrar esa sensibilidad [la del museo] por el entorno, se está lejos, creemos, de la excelencia".

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Evidentemente, no todas las referencias gozan de este tratamiento e incluso hay alguna que se resuelve con una mera frase, como el monumento al Sagrado Corazón. Y las hay que sólo se reseñan con una fotografía. El libro, poblado de planos y mapas de referencia, concluye con seis rutas por Vizcaya, que pueden servir de complemento a la visita a la capital de ese turista ilustrado a quien está destinada la guía.

APUNTE

La ciudad es más que sus edificios, como demuestran en la vida cotidiana los resultados de una buena urbanización. Por ello, la guía presta especial atención al apartado del diseño urbano, como el Ensanche de Bilbao, la plaza del Puente Colgante de Las Arenas o las ya contemporáneas operaciones de Abandoibarra y el soterramiento del tren para que surgiera la Avenida del Ferrocarril.

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