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La muerte de 'Dolly' reabre el debate sobre los peligros de la clonación

El primer mamífero clónico fue sacrificado ayer debido a una enfermedad pulmonar

Javier Sampedro

La oveja Dolly ha muerto. El primer mamífero clonado a partir de una célula adulta fue sacrificado a las cuatro de la tarde de ayer tras comprobarse que padecía una grave enfermedad pulmonar progresiva, según sus creadores, los científicos del Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia). Dolly, que está siendo sometida a una meticulosa autopsia, tenía seis años y medio, mientras que una oveja normal puede vivir once o doce. La incógnita es si su enfermedad pulmonar es consecuencia de su origen clónico o bien de una infección, tal vez causada por un virus muy común en el Reino Unido.

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La oveja más famosa del mundo nació el 5 de julio de 1996, si bien el Instituto Roslin no hizo pública la noticia hasta siete meses después. Había sido clonada a partir de una célula de otra oveja, que ya había muerto cuando se inició el experimento. La enfermedad pulmonar no es el primer problema de salud de Dolly, que ya en 1999 manifestó síntomas de una artritis que le fue confirmada en enero de 2002.

Sus cromosomas también tenían signos anómalos, como si correspondieran a una oveja de más edad. Todos estos signos patológicos han suscitado un gran interés científico, ya que ponen en cuestión la seguridad de la técnica de la clonación.

"Parecía estar bien hasta hace poco, cuando empezó a padecer los problemas respiratorios que causaron el examen veterinario y sus conclusiones", declaró ayer a France Press Harry Griffin, uno de los creadores de Dolly en el Instituto Roslin. "Sufría una enfermedad pulmonar incurable que es común entre las ovejas de cierta edad. La autopsia quizá mostrará si su enfermedad está asociada a la clonación o solamente a la mala suerte".

Robert Lanza, vicepresidente científico de la firma de Boston Advanced Cell Technology (ACT), la empresa que más ha avanzado en la clonación de embriones humanos con fines terapéuticos, declaró ayer a este diario: "Es una noticia muy mala. Todos esperábamos que Dolly llegara a vieja, y creo que esto subraya la necesidad de extremar las precauciones, sobre todo en lo referente a la clonación humana. Simplemente, no tenemos suficiente información sobre qué pasa cuando los animales clonados envejecen".

Arte y técnica

"La muerte de Dolly confirma lo que todos sabemos: que hay problemas con la clonación", añade Lanza. "No es sorprendente si se tienen en cuenta todas las variables de esta tecnología. Hay que recordar que, de momento, la clonación es tanto un arte como una técnica".

La firma ACT persigue la clonación terapéutica, para obtener embriones de pocos días de los que extraer células madre que luego puedan dar lugar a tejidos útiles para trasplantes. Si el embrión es un clon, el trasplante no es rechazado.

"Claramente, la muerte de Dolly enciende una luz de alarma para la clonación humana reproductiva", opina Lanza. "Sin embargo, espero que la gente entienda que su muerte no tiene nada que ver con la clonación terapéutica. Generar células madre en una placa Petri es por completo diferente que clonar organismos enteros como ovejas o humanos".

Sobre los demás problemas de salud de Dolly, el científico opina: "Sí, también sabemos que Dolly tenía artritis y telómeros acortados, es decir, que las puntas de sus cromosomas eran más cortas de lo que deberían ser [tal vez un signo de vejez prematura]. Sin embargo, otros grupos, incluido el nuestro, nunca han encontrado ese problema. Los telómeros en nuestros animales parecen ser, si acaso, demasiado largos. Tampoco sabemos a qué se debe esto".

Juan José Badiola, presidente de los veterinarios españoles y experto en infecciones ovinas, señala: "Ya se sabía que Dolly tenía artritis y otros problemas, pero hay que esperar a la autopsia para extraer las conclusiones sobre su muerte. Hay un virus muy común, llamado visna-maedi, que causa en las ovejas neumonía instersticial crónica, además de artritis, encefalitis y mamitis. En algunas zonas de España, este virus infecta al 90% de las ovejas, y también es muy común en el Reino Unido. La Universidad de Edimburgo tiene un equipo muy experto en visna-maedi, y no será difícil determinar si este virus fue la causa de la enfermedad. Se puede contagiar por la leche, y también por el aire en animales estabulados, e infecta con frecuencia a animales de seis o siete años".

Otro de los creadores de Dolly, Ian Wilmut, dijo a Reuters que "las ovejas estabuladas tienen alto riesgo de infección", y añadió: "Desgraciadamente, otras ovejas que habían estado en el mismo establo habían tenido la misma infección".

El Instituto Roslin ha prometido donar el cuerpo de Dolly al Museo Nacional de Escocia.

La oveja <i>Dolly,</i> en su establo del Instituto Roslin en enero de 2002.
La oveja Dolly, en su establo del Instituto Roslin en enero de 2002.REUTERS

La extrapolación humana

La muerte de Dolly llega en un momento en que varios países, incluida España, están intentando decidir si modifican su legislación para permitir las investigaciones con células madre embrionarias humanas. La mayor parte de estos experimentos no requieren la clonación, pero muchos científicos creen que ésta será útil si esas células van a usarse algún día para trasplantes. Si el embrión del que se obtienen las células es un clon del paciente, los tejidos podrán trasplantarse sin riesgo de rechazo inmunológico.

En España, el Comité Asesor de Ética en Investigaciones Científicas y Tecnológicas, creado por el Gobierno el año pasado, está a punto de entregar al Ejecutivo un informe con sus recomendaciones sobre esta cuestión. El presidente de ese comité, César Nombela, declaró ayer a Efe que la muerte de Dolly deja como conclusión "clara" que el proceso de clonación requiere estudios más completos sobre la reprogramación del material genético de una célula. Nombela, ex presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), indicó que hay que analizar de forma más precisa cuál es la situación del material genético que se transmite para ser reprogramado, después de que parece confirmarse que la oveja padecía un envejecimiento prematuro.

"Aún cuando se puede aparentemente reprogramar el núcleo de una célula adulta para dar lugar a un organismo completo, esto no es un proceso que se atenga a las pautas más normales", prosiguió el científico.

Nombela añadió: "El ciclo de vida de un animal clónico puede ser más reducido", e insistió en que se requieren muchos más trabajos científicos sobre la clonación de mamíferos, cuyo interés no es obtener animales, "sino entender la programación y reprogramación del desarrollo de las células".

En un comentario que tal vez ofrezca una indicación sobre el contenido del informe del comité, Nombela señaló: "Si había argumentos intensos contra la clonación humana, esto los refuerza todavía más".

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