El informe de Blix divide aún más a la ONU
Francia pide más tiempo para las inspecciones y una nueva reunión del Consejo de Seguridad
Los inspectores de armamento de la ONU presentaron ayer su informe sobre Irak ante un Consejo de Seguridad que se mantuvo profundamente dividido. Francia se erigió en jefe de filas de quienes reclamaban más tiempo para los inspectores y "una oportunidad para la paz". EE UU mantuvo el tono de urgencia: "No podemos esperar a que una de esas terribles armas aparezca en nuestras ciudades". Los inspectores, Hans Blix y Mohamed el Baradei, constataron una evolución positiva en la cooperación iraquí, pero evitaron sacar conclusiones. Ambos sugirieron la conveniencia de seguir con su trabajo y dejaron la puerta abierta a nuevas comparecencias. Francia propuso que los ministros del Consejo se reunieran de nuevo el 14 de marzo.
Blix había sufrido en las jornadas previas una severa presión estadounidense, concretada en una reunión el lunes con Condoleezza Rice, la consejera de seguridad nacional de la Casa Blanca. Rice le hizo saber que George W. Bush ya se había decantado por la guerra y le sugirió, según fuentes diplomáticas, que fuera "claro" al hablar de si Sadam Husein está cumpliendo o no con las exigencias planteadas por la ONU. Blix no fue complaciente con las autoridades iraquíes, aunque indicara, como en anteriores comparecencias, que no ha sido localizada ningún arma de destrucción masiva. Dijo que muchas armas prohibidas no han sido contabilizadas, aunque ello no signifique necesariamente que existan; se refirió a la necesidad de destruir los misiles cuyo alcance excede los 150 kilómetros; y lamentó que sólo tres científicos relacionados con el programa armamentista iraquí hayan aceptado ser entrevistados por los inspectores, a solas y sin grabadora. "Esperemos que eso cambie", comentó. Blix tampoco ahorró dardos para Powell, y refutó dos de las afirmaciones contenidas en el alegato contra Sadam Husein realizado por el secretario de Estado el día 5. Según Powell, los iraquíes sabían de antemano qué lugares pensaban visitar los inspectores. "No hay pruebas de ello", afirmó el jefe de Unmovic. También indicó que las fotografías que, según Powell, mostraban cómo las armas prohibidas eran retiradas de una instalación justo antes de que llegaran los inspectores, podían ser en realidad "una simple actividad rutinaria" con municiones permitidas.
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