El temor a un atentado paraliza por tercer día los aeropuertos ingleses

El temor a un atentado terrorista quebró ayer la vida cotidiana en los aeropuertos británicos por tercer día consecutivo. El país vive una situación de alerta aderezada con detenciones de sospechosos y falsas alarmas. En Heathrow, el mayor aeropuerto de Londres, la terminal 2 fue evacuada y cerrada al público durante una hora y media al descubrirse un paquete sospechoso. La terminal fue abierta de nuevo tras comprobarse que no se trataba de una bomba.

Mientras, dos personas detenidas el jueves en Langley, en las cercanías de Heathrow, fueron puestas en libertad sin cargos. La policía practicó nuevas detenciones en varios puntos del país. En el mismo Langley fueron detenidos ayer otros cuatro sospechosos, pero puestos en libertad a las pocas horas. Otros dos hombres detenidos el jueves en Hounslow, también cerca de Heathrow, quedaron libres de cualquier acusación de terrorismo, aunque uno de ellos fue puesto a disposición de las autoridades de inmigración.

Otras dos personas fueron detenidas también el jueves a última hora de la tarde del jueves junto al perímetro del aeropuerto de Leeds-Bradford, al norte del país. Se trata de dos iraquíes kurdos de 25 y 26 años de edad que siguen siendo interrogados.

El ciudadano venezolano detenido también el jueves en Gatwick por llevar una granada de mano en la maleta continúa a disposición de la policía. Un equipo de especialistas de British Airways se ha desplazado a Caracas para investigar cómo pudo embarcar en uno de sus vuelos una granada pese a que el equipaje es en teoría escaneado en todos los aeropuertos donde opera la compañía británica. El vuelo, con origen en Caracas, había hecho escala en la capital de Colombia, Bogotá.

La terminal 2 del aeropuerto de Heathrow permaneció ayer cerrada durante una hora y media aproximadamente, tras descubrirse un paquete sospechoso. La empresa BAA, que gestiona el aeropuerto, dijo que la evacuación causó numerosos retrasos en los vuelos hacia algunos destinos europeos. Mientras tanto, la normalidad regresó al aeropuerto de Gatwick, segundo de la zona metropolitana de Londres, tras el descubrimiento de la granada en el equipaje del ciudadano venezolano. Miles de pasajeros tuvieron que pasar la noche en las terminales o en hoteles cercanos, tras la cancelación de más de 20 vuelos y el retraso de muchos otros. Algunos viajeros no ocultaron su descontento por la escasa información proporcionada por la policía, mientras otros expresaron su apoyo a las medidas de seguridad. "Esto deberían hacerlo siempre. Creo que es necesaria más seguridad", dijo Julie Coppin, una pasajera de 47 años.

Las espectaculares medidas de seguridad adoptadas por el Gobierno esta semana, dirigidas a evitar un ataque con misiles contra un avión o una bomba en algún aeropuerto, están siendo recibidas de manera agridulce por la población y los medios. Las críticas son prudentes, porque es obvio que en cualquier momento puede haber un atentado a gran escala, pero la prensa y el público destacan la coincidencia de la alerta con el debate de ayer en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la gran manifestación convocada para hoy en Londres, como en tantas otras ciudades del mundo, en la que se espera al menos medio millón de personas. El Reino Unido es el aliado más fiel de EE UU en la crisis y muchos británicos temen que se produzca un atentado en su territorio, especialmente si finalmente tiene lugar un ataque contra Irak.