16 empresas tecnológicas han surgido de la UPV en los últimos siete años
Un centenar de personas trabajan en biología, ingeniería, informática y medicina
Desarrollar fórmulas que aúnen investigación y generación de empleo se ha convertido en una de las prioridades de las universidades. Aprovechar los recursos técnicos y humanos de la enseñanza superior para impulsar iniciativas nacidas en los centros académicos que premien la I+D es un objetivo y una realidad en la UPV. Su reflejo se halla en las 16 empresas de base tecnológica que han surgido de la universidad pública vasca en los últimos siete años.
La materialización de estas iniciativas no ha sido uniforme. Entre 1997 y 1999 sólo se pusieron en marcha cuatro empresas. Desde entonces y hasta hoy su número se ha cuadruplicado. La principal razón de este aumento ha sido la puesta en marcha del Vivero de Empresas Universitario, un proyecto que comenzó su andadura a finales de 1999 gracias a un acuerdo entre la UPV, la Asociación para el Desarrollo del Bajo Ibaizabal, la Diputación de Vizcaya y la BBK.
Ubicado en la Escuela de Náutica de Portugalete, el Vivero alberga 14 oficinas de 20 metros cuadrados y 10 talleres de 70 metros cuadrados para ubicar nuevas empresas, además de servicios comunes como la atención telefónica, fotocopiadora, fax, acceso a Internet, salas de reuniones o aula de informática. Cuenta con un presupuesto anual de 250.000 euros gestionado por cuatro personas. Su director, Juan Arrue, quien ayer participó en Bilbao en una jornada sobre creación de empresas de base tecnológica organizada por la UPV, destaca el carácter innovador de estas iniciativas. "No son empresas de aplicación de tecnología. Lo que hacen es innovar y desarrollar nueva tecnología manteniendo su especial relación con la investigación universitaria", explica.
El papel del Vivero en la transformación de una idea en una empresa se articula en tres fases. La primera es la maduración de la iniciativa a través de un asesoramiento inicial. La segunda consiste en el desarrollo del proyecto. En ella se colabora con los alumnos y los profesores interesados para preparar un plan de empresa que dibujará su diseño y su estructura. El último paso es la constitución de la firma. Los interesados disponen de locales en el Vivero, subvenciones y ayuda personal y material para que su proyecto se materialice.
Facturación
Las 16 empresas emplean a 110 personas, la mayoría de ellas vinculadas con la UPV. El número de contratados varía según las compañías. Bricocanal, por ejemplo, dedicada a producir contenidos multimedia en el sector del bricolaje, cuenta con un portal web y un establecimiento comercial y su plantilla suma 18 personas, mientras que otras firmas cuentan con apenas uno o dos empleados.
Esta diversidad de personal se refleja en la producción. Aunque no existen datos de facturación global de estas empresas, sí que se pueden constatar las diferencias entre unas y otras. "Hay algunas que obtienen beneficios desde el primer año y otras que todavía no han llegado a facturar", detalla Arrue. El director del Vivero ha comprobado que uno de los principales problemas para estas iniciativas de base tecnológica es la falta de "cultura comercial", lo que lastra su entrada en el mercado.
Las actividades a que se dedican las empresas gestadas en la UPV se enmarcan en su mayoría en las áreas de ingeniería, informática, biología y medicina. Cría de peces tropicales en cautividad, la construcción del acuario del puerto de Getxo, telecomunicaciones, consultoría informática y de comunicaciones, equipos de visión artificial para industria, diseño web profesional, diagnósticos clínicos genéticos o equipos de electromedicina son algunos de sus trabajos.
Aunque el número de proyectos que han salido adelante ha aumentado de forma considerable cada año, la previsión es que esta actividad seguirá siendo reducida en el futuro. "Siempre va a ser algo minoritario en la universidad. Las experiencias en Estados Unidos demuestran que no es normal que se formen más de cuatro o cinco empresas de base tecnológica al año en una universidad. Si este ritmo de creación se mantuviera en la UPV nos sentiríamos muy satisfechos", especifica Arrue.
La labor del Vivero se complementa con la organización de cursos para fomentar la cultura emprendedora en la UPV. Este fin persigue el Premio Bienal a Emprendedores Universitarios presentado ayer por el rector de la universidad pública, Manuel Montero, y dotado con dos premios de 5.000 y 3.000 euros.
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