Sadam se contradice sobre la aceptación de aviones espía

Irak envió ayer signos contradictorios sobre la respuesta que va a dar a los inspectores de desarme sobre el despliegue de los aviones de reconocimiento U-2. Después de que su embajador ante la ONU, Mohamed al Duri, dijera en Nueva York que habían retirado todas sus condiciones para aceptarlos, unas palabras del presidente Sadam Husein sembraron la confusión.

"Si además de Estados Unidos, el resto del mundo considera que el despliegue de los U2 es importante para llevar a cabo una mayor vigilancia aérea, debería decir a Washington y Londres que no abran fuego [en las zonas de exclusión aérea]. Sin esa condición, sería como pedir que Irak capitule ante la fuerza militar estadounidense", dijo el presidente iraquí, citado por el locutor del telediario de la noche.

Sadam Husein hizo esta declaración al recibir ayer a un enviado del presidente surafricano, Thabo Mbeki, pero ni la televisión estatal ni la agencia oficial de noticias iraquí (INA) que también recogió sus palabras, precisaron a qué hora se había producido la entrevista. Todo hace pensar que la intervención de Sadam precedió a la entrega de la carta oficial iraquí al jefe de los inspectores, Hans Blix, en Nueva York y que, según INA, se había producido "a primera hora de la tarde".

El Gobierno de Bagdad nunca ha dicho que rechazara el despliegue de los U-2, pero desde el principio puso varias condiciones que poco a poco se han reducido al cese de las operaciones angloestadounidenses en las zonas de exclusión aérea.

"Pedir a nuestras defensas aéreas que no disparen a los aviones británicos y estadounidenses sería una derrota", insistió el presidente ante el enviado surafricano.