Mil niños, intoxicados en los comedores escolares en 2002

Al menos 125 cenas románticas, banquetes de celebración o tranquilas comidas en casa acabaron el año pasado en intoxicaciones alimentarias a causa del mal estado de la comida. Casi 2.500 personas sufrieron fuertes intoxicaciones, según datos de la Consejería de Sanidad. De ellas, 2.300 habían comido en locales públicos (restaurantes, bares, colegios...). Sesenta y tres tuvieron que ser hospitalizadas, aunque no se produjo ningún fallecimiento. Vómitos, diarreas y fiebre fueron los síntomas más comunes entre los afectados. Un 40% eran niños que se intoxicaron en los comedores escolares.

La mayor intoxicación tuvo lugar en El Escorial el pasado verano. Fue en un banquete en el que 154 personas comieron marisco contaminado con calicivirus. Los vómitos y diarreas afectaron a casi todos los invitados, aunque ninguno necesitó acudir al hospital y todos se recuperaron con unos días de reposo y dieta.

El caso más grave de intoxicación lo sufrió una persona, residente en el distrito de Retiro, que se comió unos callos en su casa. El alimento le provocó trastornos muy parecidos a los del botulismo (parálisis muscular, problemas respiratorios...). Esta enfermedad es mortal en uno de cada cinco casos.

Estos brotes fueron dos de las 125 intoxicaciones alimentarias que el Servicio de Epidemiología de la Consejería de Sanidad registró el año pasado en la región. Unos brotes que causaron 2.495 enfermos y 63 hospitalizados en un año que fue más benigno que el anterior. En 2001, las intoxicaciones fueron 146, los afectados 3.250 y los hospitalizados 141.

Un 46,4% de las intoxicaciones (58 de 125) estuvieron causadas por la bacteria salmonela, que había contaminado tortillas, mayonesas caseras u otros productos con el huevo como principal ingrediente. En otros 13 casos, la intoxicación estuvo causada por estos mismos alimentos, pero los técnicos de la Consejería de Sanidad no pudieron confirmar la presencia de la salmonela, porque no dispusieron de restos de la comida contaminada para analizarlos.

Los bares y restaurantes fueron el principal foco de intoxicaciones alimentarias el año pasado en la región. Uno de cada tres brotes (42 de 125) tuvo su origen en estos establecimientos, con 624 enfermos y 21 hospitalizados.

Las mayores intoxicaciones, sin embargo, ocurrieron en los comedores escolares. Un total de 1.023 niños enfermaron en 14 brotes, pero sólo cuatro de ellos necesitaron ser atendidos en los hospitales. "Siempre que hay un brote en un colegio, el número de niños afectados es grande por dos motivos: porque son muchos los que cada día comen el mismo menú y porque los controles sanitarios son estrictos, lo que obliga a identificar a todos los enfermos. En un restaurante, por ejemplo, puede ser que varios afectados se dispersen y no sean registrados", explica Rosa Ramírez, responsable del Servicio de Epidemiología.

Treinta y ocho de las intoxicaciones alimentarias registradas por Sanidad tuvieron su origen en las cocinas de los hogares. Estos brotes sólo causaron un 8% de los enfermos (194 de 2.495), pero más de la mitad de las hospitalizaciones (35 de 63). "Hay dos razones que explican estos datos. La primera es que muchas intoxicaciones en casa no quedan registradas si no hay hospitalizados, porque nadie reclama contra el familiar que ha cocinado, algo que no sucede en colegios o restaurantes", explica Ramírez.

"La segunda razón es que en todos los comedores públicos hay inspecciones que, aunque es imposible que eliminen el riesgo de intoxicaciones, sí reducen su gravedad. Las intoxicaciones en los hogares pueden ser más graves porque no hay ningún tipo de control sanitario", añade Ramírez.