Los jefes de los inspectores de la ONU aprecian un cambio de actitud en Bagdad
Irak ofrece informes sobre misiles y ántrax y acepta estudiar los vuelos de aviones espía
Algo ha cambiado en la actitud de Bagdad. Al resumir sus dos días de conversaciones con las autoridades iraquíes, los responsables de desarme de la ONU, Hans Blix y Mohamed el Baradei, mostraron ayer un tono conciliador y de reconocimiento. "Es un buen principio", admitieron ambos. Pero sólo el principio. Irak debe responder antes del viernes si acepta el sobrevuelo de los aviones espía U2. "Aún no he escrito mi informe", advirtió Blix, quien también pidió un compromiso de colaboración del presidente iraquí.
"Nuestra tarea no significa que existan armas de destrucción masiva; significa que no sabemos si existen y nos gustaría saber que no existen", empezó por aclarar Blix, el jefe de la Comisión de desarme (Unmovic). Su colega del Organismo Internacional de la Energía Atómica también optó por el tono positivo. "Traíamos tres objetivos", dijo El Baradei: "lograr inspecciones completas, asegurarnos una cooperación plena y activa de Irak y avanzar en los asuntos de desarme pendiente. En las tres hemos progresado".
"La parte iraquí nos ha entregado documentos sobre asuntos concretos en respuesta a puntos que habíamos suscitado durante nuestra última visita", confirmó Blix ante la expectación de los periodistas que desde la mañana habían recibido filtraciones al respecto. De acuerdo con el diplomático sueco, parte de la documentación recibida se refiere a las discrepancias sobre ántrax y misiles Al Fateh y Al Samud, que los técnicos estudiarán en Nueva York entre hoy y mañana.
"También hemos recibido algunos folios sobre el gas nervioso VX y nuestros expertos están trabajando sobre ellos", añadió Blix. No obstante, a preguntas de los periodistas, el jefe de la Comisión de desarme aclaró que no se trataba de un material que cambiara radicalmente la situación. "Lo agradecemos, pero no tiene la respuesta a todas nuestras preguntas", precisó. "Está claro que aún siguen buscando documentos que puedan ayudarnos", apostilló El Baradei.
Respecto a las entrevistas privadas con científicos iraquíes, uno de los gestos positivos con que Bagdad ha recibido la visita de los dos diplomáticos, Blix dijo que las autoridades iraquíes habían prometido animarlas. Sin embargo, hasta el momento los resultados han sido mixtos. Si bien cinco de los veinte citados han accedido a hablar a solas con los inspectores, todavía hay otros que se niegan a hacerlo. Hace sólo tres días, el ingeniero Karim Yabar Yusef, director de la planta de montaje de misiles Al Muatasem y uno de los técnicos que aparecen en la lista de la ONU, dijo que él sólo aceptaría hablar en presencia de un representante oficial iraquí.
Discrepancias sobre los U2
En una conferencia de prensa inmediatamente después de la comparecencia de los responsables de la ONU, el general Amer Saadi admitió que siguen teniendo objeciones a las entrevistas y discrepancias sobre los U2. "No dejan de ser aviones estadounidenses", declaró. No obstante, aseguró que se habían hecho progresos y que estaban dispuestos a aceptar que los inspectores busquen documentos donde les parezca oportuno. "Hemos sido sinceros con la resolución 1.441", subrayó.
Queda, pues, por resolver el asunto de los U2. Irak debe responder antes del próximo viernes si admite finalmente el sobrevuelo de su territorio de estos aparatos de reconocimiento a gran altura. "La pelota está en el tejado iraquí", dejó claro El Baradei, quien expresó su deseo de que la respuesta sea positiva. "Necesitamos un 100% de cooperación iraquí para que el Consejo de Seguridad vea que las inspecciones funcionan", añadió el diplomático egipcio.
A este respecto, Blix consideró que sería muy positivo un mensaje de "la más alta dirección política, animando la completa cooperación con los inspectores". Cuando los periodistas le preguntaron si se refería al presidente Sadam Husein, contestó que no había mencionado ningún nombre, pero, dado que por la mañana se habían entrevistado con el vicepresidente Taha Yasín Ramadán, su petición parecía clara. Aunque El Baradei no había descartado la posibilidad de que les recibiera el jefe del Estado, un portavoz oficial iraquí anunció hace días que no estaba previsto.
"Pero no vale con una declaración", advirtió el director del OIEA, "hace falta que las palabras se traduzcan en hechos". Ambos diplomáticos coincidieron en que cualquier acción militar frustraría su trabajo. "Creemos que las inspecciones pueden evitarla, pero su éxito depende de Irak y de que los Estados miembros nos faciliten toda la información de que disponen", manifestó El Baradei después de que Blix le pidiera que lo dijera en árabe y luego en inglés, como si quisiera que no quedara ninguna duda.
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