Una española excava en Egipto tumbas del primer cristianismo
"No soy creyente, pero estas ruinas funerarias y sus bellas pinturas testimonian un afán espiritual conmovedor, una búsqueda y una reflexión sobre el más allá y la muerte que no pueden dejar indiferente". Así se expresa la arqueóloga catalana Eva Subías, que excava desde hace 10 años en la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco y se ha concentrado en documentar las huellas del primer cristianismo en la necrópolis del lugar. Ahora acaba de publicar una monografía sobre su trabajo.
La necrópolis de Oxirrinco, 190 kilómetros al sur de El Cairo, es un palimpsesto a menudo inextricable en el que se mezclan desordenadamente tumbas y momias faraónicas con cadáveres de paganos romanos y difuntos cristianos enterrados entre ramas de palmera ligadas con cuerdas. El viento del desierto sopla sobre los revueltos cementerios y a menudo el suspiro de la arena se junta con los lamentos de los musulmanes habitantes del vecino pueblo de El-Bahnasa cuando llevan en procesión a sus muertos. Oxirrinco es vieja. No se ha hallado aún el emplazamiento de la ciudad del tiempo de los faraones -aunque sí algunos de sus enterramientos, incluido uno de pájaros divinos-, mientras que la urbe grecorromana yace desperdigada, sus pobres ruinas como dientes gastados.
Una pequeña Alejandría
En el lugar, que es célebre por haberse encontrado en él en 1897 una fabulosa cantidad de papiros, excava desde 1992 una misión española. Eva Subías (Barcelona, 1960), de la Universidad Rovira i Virgili, de Tarragona, se ha encargado de la parte de arqueología clásica. "Era una ciudad importante", explica. "Debemos pensar en una especie de Alejandría, algo más pequeña pero no mucho más. Era un puerto fluvial en contacto con El Fayum y la propia Alejandría. Oxirrinco debió ser un gran foco de helenización en el Egipto Medio. Ahora parece acabada, tras el paso de los buscadores de papiros y siglos de expolio y saqueo; pero aún está llena de sorpresas". Subías señala que Oxirrinco, gracias a los papiros, posee una base documental enorme que hay que ir casando con la arqueología".
La investigadora se ha centrado en las últimas campañas en un conjunto de construcciones funerarias paleocristianas decoradas con notables pinturas (símbolos, retratos, santos). Esas construcciones dan acceso a criptas cristianas, pero éstas se superponen a mausoleos familiares de romanos paganos enterrados a la manera egipcia. "Se observa un respeto hacia los enterramientos antiguos e incluso coexistencia, como si hubiera gente que se mantuviera entre las dos tradiciones". A eso hay que añadir pinturas en las que los símbolos son extraordinariamente híbridos entre el paganismo y el cristianismo. Varias de esas pinturas se exhiben ahora en el Museo Egipcio de El Cairo en el marco de la exposición de los trabajos españoles en Oxirrinco.
"Estos hallazgos, arquitectónicos e iconográficos, iluminan el primer momento del cristianismo", subraya Subías, a la que no le gusta hablar del aspecto aventurero de su trabajo pero pasa parte de su tiempo caminando sobre trozos de momias e intentando no pensar en los numerosos escorpiones.
Babelia
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