La flota vasca libra las jornadas más duras contra el chapapote

Una gran flota formada por 100 barcos, la mayor de la historia de Euskadi, se prepara en los puertos vascos para librar mañana una batalla contra el fuel en alta mar, si el tiempo lo permite. El Gobierno autónomo ha preparado este dispositivo para intentar contener el avance del combustible, que, debido a las malas condiciones meteorológicas y a la dirección del viento, que sopla del mar hacia tierra, está cercando el litoral vasco.

Ayer se vivió en Euskadi la peor jornada desde que comenzó la crisis y las previsiones meteorológicas dibujan un panorama más duro para el domingo. Todas las playas amanecieron con fuel y en algunos puntos las manchas alcanzaron un metro de diámetro. Incluso las barreras oceánicas anticontaminación instaladas en los puntos más sensibles, como rías y estuarios, resultaron dañadas y están siendo reparadas. Una de las más importantes, la de la Reserva del Urdaibai, ha sido sustituida. Según el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, las barreras han cumplido con su trabajo, pero el fuerte oleaje ha hecho mella en ellas.

Los servicios profesionales de recogida de residuos de fuel retiraron de las playas vascas 95 toneladas. En total, en Vizcaya se recogieron 65,28, la mayor parte, más de 51, en el arenal de Bakio. Mientras, en Guipúzcoa se retiraron 30,5 toneladas.

Un claro en el temporal

La esperanza se centra ahora en que el sábado se abra un claro durante unas horas en medio del temporal que permita a la flota pesquera zarpar para retirar combustible. A diferencia del pasado fin de semana, cuando unos 70 pesqueros se adentraron en aguas de Cantabria para recoger fuel en la gran concentración de manchas localizada a cien millas de Santander, esta vez la flota trabajará exclusivamente en aguas vascas. Si el mal tiempo continúa, los cálculos del Gobierno de Vitoria son que la gran mancha se aproxime a menos de 45 kilómetros del cabo Machichaco, en Vizcaya, el domingo.

Con este panorama, los pescadores vascos observan su futuro más inmediato con "honda preocupación", señala Pedro López, presidente de la cofradía de pescadores de Ondarroa (Vizcaya). La ingente cantidad de fuel que se ha concentrado en aguas del golfo de Vizcaya hace temer que los 310 barcos que componen la flota de bajura no puedan iniciar en febrero las campañas de pesca del verdel y la anchoa, según informa Mikel Ormazábal. Por su parte, el representante de los pescadores de Getaria (Guipúzcoa), José María Irigoyen, asegura que la acumulación de manchas de hidrocarburo "hace imposible la pesca" en estos momentos. Los 700 pescadores que colaboran con el Gobierno vasco en la recogida de chapapote en alta mar dejan "en un segundo plano" la temporada de pesca.

El Ejecutivo autónomo subvenciona con 30 euros al día a cada barco que colabora en la recogida del chapapote. A esa cantidad hay que sumar 7,5 euros en función de la capacidad de la embarcación. Además, ofrece otros 40 euros al día a los profesionales del marisqueo a pie, dado que ha prohibido esta práctica hasta que finalice la crisis.

La marea fue más benigna con Asturias. En ninguna de las playas asturianas se detectaron aportes significativos de combustible, según informa el Gobierno del Principado. Los arenales de Castrillón y de Ribadesella fueron los más afectados. En Cantabria se detectó un reguero de galletas de fuel de unos 400 metros entre la isla de Mouro y cabo Mayor, a la entrada de la bahía de Santander. Dos pesqueros de la capital cántabra salieron a la mar para intentar recoger la mayor cantidad posible.

Y mientras la situación cada vez se hace más difícil para las comunidades del Cantábrico, el comisionado por el Gobierno central para el seguimiento de la catástrofe, Rodolfo Martín Villa, se reunió ayer en Vitoria con los responsables del Ejecutivo vasco. En una rueda de prensa posterior, rehuyó estimar la cantidad de fuel que se halla a la deriva en el golfo de Vizcaya porque, dijo, "eso corresponde a los expertos".