Los españoles sitúan el desastre del 'Prestige' como tercer problema del país
La preocupación por el terrorismo está en la cota más baja en 16 meses
La catástrofe ecológica causada por el accidente y posterior naufragio en alta mar del petrolero Prestige ha irrumpido como tercer problema de España, según el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas, realizado entre los días 10 y 15 de diciembre. En respuesta espontánea, el 28% de los ciudadanos lo coloca como uno de los principales problemas que sufre España, detrás del paro (un 64,9%) y el terrorismo (un 46,6%).
El grado de preocupación por el terrorismo cae a su porcentaje más bajo desde septiembre de 2000, según destacó ayer el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández, al presentar los resultados del barómetro de diciembre del CIS. Cuando la pregunta se refiere a qué problemas afectan más al ciudadano, el Prestige baja a ocupar el quinto puesto y el terrorismo, el cuarto. Por delante quedan el paro (un 40%), los problemas económicos (un 18,4%) y la inseguridad ciudadana (un 15,4%).
El barómetro de diciembre no dedica ninguna pregunta específica a la crisis del Prestige, lo que sí hará el sondeo de enero, según se comprometió ayer Jorge Fernández. El secretario de Estado comparó la preocupación que, por respuesta espontánea, muestran los ciudadanos ante esta crisis a la que se vio en el año 2000 con las vacas locas.
Así, en el barómetro del mes de noviembre, realizado justo en las fechas del accidente, ninguno de los 2.500 encuestados mencionó el Prestige como problema, según destacó entonces Jorge Fernández. El del mes pasado lo coloca como tercera preocupación y, según la percepción del Gobierno, esa sensación irá bajando sobre todo después de que se ponga en marcha la "solución definitiva" para que no salga más fuel del buque hundido.
El precedente de 'vacas locas'
La evolución de la preocupación con el mal de las vacas locas fue, en síntesis, la siguiente. En diciembre de 1999, preocupaba al 1,4% de la población; en enero de 2000, momento álgido de la crisis, se colocó como tercer problema y fue destacado por el 21,6% de los encuestados. Al mes siguiente ya era sólo uno de los principales problemas de España para el 9,1% y en primavera había desaparecido de las respuestas espontáneas que recoge el CIS en sus estudios.
El barómetro de diciembre incluye un estudio específico de cómo perciben los ciudadanos su futuro y el de España. Llama la atención, por ejemplo, que el 76% se confiesa "muy o bastante satisfecho" con la vida que lleva, frente a sólo el 8,9% que está "bastante o muy insatisfecho". El paro y el terrorismo son, en las distintas preguntas que mencionan problemas relevantes para la ciudadanía, las dos cosas que más preocupan, con el añadido de que la gente cree que ambos seguirán empeorando en el futuro inmediato.
Hay dos preguntas que reflejan cómo definen los encuestados a la sociedad española (véase cuadro). Mayoritariamente, la ven democrática, desarrollada económicamente, conservadora, tolerante, poco religiosa, poco conflictiva y racista. Y, dentro de cinco años, creen que será más democrática, más desarrollada, algo menos conservadora, más tolerante, menos religiosa, más o menos igual de conflictiva y algo más racista.
El CIS también pregunta sobre cuáles son los avances científicos más deseados. Por abrumadora mayoría, éstos son los transplantes de órganos (73,8%) y los avances en energías no contaminantes (65,4%). A cambio, los encuestados defienden "limitar el desarrollo científico y tecnológico" en proyectos relacionados con la energía nuclear (56,6%) y la clonación (54,8%).
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