El hombre orquesta de Davos
El ex presidente de Costa Rica José María Figueres, director del Foro Económico Mundial, busca un acercamiento al de Porto Alegre
José María Figueres fue dos veces presidente de Costa Rica. Su hijo, José María Figueres, lo fue durante cuatro años. El padre nacionalizó la banca, el hijo la privatizó.
El domingo 26, en un coloquio que atrajo gran cantidad de público que asistía al Foro Económico Mundial, su director general, José María Figueres, compartió mesa con Bill Clinton y Ernesto Zedillo, dos ex presidentes como él. Al evocar sus experiencias, señaló: "Mi padre nacionalizó la banca cuando fue presidente de Costa Rica. Y yo, que procedía de la izquierda y del centro, siendo presidente a mi vez, la privaticé".
Su padre hizo algo más. Por ejemplo, abolió el Ejército. Y él, cosas de becas, se graduó en la academia militar de West Point, en Estados Unidos. Se dedicó después a la empresa privada y fue ministro de varios ramos. En 1994, con 39 años, como candidato por el partido Liberal Nacional, afiliado a la Internacional Socialista, fue elegido presidente de Costa Rica por un período de cuatro años.
Desde hace dos años y medio, este hombre de 48 años y maneras suaves ha convertido el Foro Económico Mundial en un congreso de los personajes más influyentes de todo el planeta. Del énfasis casi exclusivo en la economía ha extendido los coloquios, debates y tormentas de ideas a todos los campos y disciplinas. Todo en seis días. Y en la montaña mágica que inspiró a Thomas Mann.
En el coloquio con Clinton y Zedillo, dijo: "En cada momento hay que hacer lo que corresponde".
Hay cierto paralelismo entre este relato del padre que nacionaliza los bancos y del hijo que los privatiza con la situación presente. Tras su llegada al Foro, Figueres impulsó la globalización. No busca desandar el camino. Pero es él mismo quien no cree en los dogmas de fe y en las recetas inflexibles para todos. Sigue siendo de todo corazón un socialdemócrata. Casi por definición.
Si Lula lanza la idea de crear un fondo internacional de ayuda a los pobres para paliar el hambre, ahí está Figueres para preguntarle, cuando están a solas: "Lula, ¿cómo hacemos esto?".
Y si Bill Clinton le parece muy prudente a la hora de hablar de la guerra contra Irak -por ejemplo, durante el coloquio de la noche del domingo día 26 ante más de doscientas personas-, se reúne con él y se lo señala.
En la primera semana de enero, Figueres pudo ganar dos de sus fuertes apuestas para la cumbre de 2003. Tanto Powell como Lula confirmaron su asistencia. Ni Clinton ni Felipe González, a quien Figueres ya tiene amarrados para el Club de Madrid, un nuevo foro de presidentes, le podían fallar.
Ahora, Alejandro Toledo le ha propuesto celebrar el foro mundial en Perú en el año 2004. En el Foro Económico Mundial estudian una fórmula para que la reunión tenga lugar dos años consecutivos en Davos y un año fuera de Suiza. Pero tanto Figueres como el fundador y presidente, Klaus Schwab, saben que será difícil encontrar un sitio con toda la infraestructura a punto como en Davos.
El gran reto es construir un puente con el Foro Social Mundial de Porto Alegre, una idea que el presidente Lula va a tratar de llevar a la práctica. ¿Logrará Figueres dar un nuevo golpe de timón y hacer un encuentro conjunto? "No es una iniciativa nueva", dice. "Está sobre la mesa desde hace algún tiempo. Hemos hablado. Pero hay que delimitar claramente lo que deseamos las dos organizaciones. Falta maduración", subraya.
De momento, ya ha logrado, a través de personalidades como Lula -y de Marta Suplicy, alcaldesa de São Paulo, que también participó este año en Davos-, cierta conexión con el Foro Social Mundial. Es posible que por este camino se abra una convergencia mayor.
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