Subsidio mejorado

Ocho meses después de su anuncio a bombo y platillo como la segunda gran reforma laboral promovida por los gobiernos de Aznar, las medidas del decretazo han desaparecido de la escena política como por arte de birlibirloque. El Gobierno retiró primero sus propuestas sobre reforma del subsidio de desempleo y eliminación de los salarios de tramitación en los despidos, que con tanta urgencia aprobó por decreto-ley. De aquel decretazo frustrado quedaba en pie la supresión del subsidio agrario. Pero el ministro de Trabajo también ha corregido el texto inicial, empujado de nuevo por los sindicatos, aunque en este caso propone una reforma del subsidio que incluye mejoras evidentes.

La reforma establece que a partir de las 35 peonadas se podrá percibir el 75% del subsidio, y que a partir de este límite se irán acrecentando hasta el 100% en función de las jornadas de trabajo. De esta forma se pretende corregir el fraude, muy extendido, consistente en que los perceptores del 100% de la prestación, que conseguían a partir de los 35 días de trabajo, prestasen peonadas a otros jornaleros que no llegaban a cubrir el mínimo exigido. Trabajo quiere fijar además un máximo de seis años de cobro para la nueva ayuda, que sus beneficiados demuestren 10 años de empadronamiento en Andalucía o Extremadura -para atajar la percepción por inmigrantes recién llegados- y que los jornaleros mayores de 45 años demuestren cinco años de cotización en el régimen agrario.

La nueva posición del Gobierno es todavía una declaración, pero constituye un buen punto de partida para lograr un acuerdo con los sindicatos agrarios y cerrar la amenaza de renovado conflicto. Sería bueno que Zaplana volcara su esfuerzo en lograr el acuerdo en lugar de perder el tiempo intentando demostrar que sus propuestas no son una nueva marcha atrás.