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Cada una de las 41 comarcas catalanas elegiría un diputado si prosperase la proposición de ley del PSC

Maragall presenta un proyecto electoral de base comarcal, proporcional y paritario

Enric Company

El Grupo Socialista presentará el lunes en el registro del Parlament una proposición de ley electoral de Cataluña con la pretensión de que sea aprobada en este periodo de sesiones, que es el último de la legislatura, y entre en vigor en las próximas elecciones autonómicas. La propuesta prevé la elección de los diputados del Parlament mediante un sistema de dos listas que combina la proporcionalidad y la representación territorial, que son los requisitos exigidos por el Estatuto de Autonomía y la Constitución, y le añade el de la paridad de sexos. Cada una de las 41 comarcas elegiría directamente un diputado y los demás serían atribuidos a cada partido en proporción al número de votos recibidos en toda Cataluña.

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Desde que en las últimas elecciones autonómicas la coalición del PSC-Ciutadans pel Canvi obtuviera menos escaños que la de Convergència i Unió (CiU) a pesar de haber recibido más votos, el líder de los socialistas, Pasqual Maragall, no ha cesado de exigir el cumplimiento de la disposición del Estatuto de Autonomía que prevé la elaboración de una ley electoral catalana que cumpla con el requisito de la proporcionalidad y la igualdad de voto.

Todas las elecciones al Parlament se han regido por una disposición transitoria incluida en 1979 en el Estatuto de Autonomía para las primeras, las de 1980. Con este sistema, CiU obtuvo en las últimas elecciones autonómicas un diputado por cada 21.000 votos mientras que el PP obtenía un escaño por cada 24.700, por ejemplo.

Los nacionalistas sostienen que la corrección de la desigualdad del valor del voto, que actualmente otorga una sobrerrepresentación a las provincias de Girona y Lleida, en las que CiU y ERC obtienen sus mejores resultados, se debe al deseo de mejorar la representación de la provincia de Barcelona. En la provincia de Barcelona reside el 76% del censo electoral de Cataluña, pero según el actual sistema transitorio sólo elige el 63% de los 135 diputados al Parlament.

Harto de lo que considera un flagrante incumplimiento del Estatuto de Autonomía, el líder socialista ha decidido poner a los nacionalistas ante la alternativa de tener que pronunciarse en el Parlament ante una propuesta de ley electoral catalana concreta, elaborada por el grupo parlamentario del PSC-Ciutadans pel Canvi, que resuelve el problema de la desigualdad del voto y garantiza la representación territorial.

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El programa electoral de CiU incluía también el compromiso de elaborar una ley electoral, como en anteriores legislaturas. Pero la convicción de que difícilmente podría conseguir una ley que mejorara las condiciones que le ofrece la citada disposición transitoria del Estatut ha llevado a los sucesivos gobiernos de Jordi Pujol a posponer el mandato estatutario. En la conferencia del mes de octubre en la que expuso sus proyectos, el conseller en cap, Artur Mas, remitió a la próxima legislatura la elaboración de la ley electoral catalana.

La proposición de ley que el lunes comenzará su periplo parlamentario consta de 18 artículos, que diseñan un sistema electoral basado en el modelo alemán de dos listas.

Sistema de dos listas

Los 135 diputados del Parlament serían elegidos por sufragio universal, igual, directo, secreto, de los mayores de 18 años. La distribución de los 135 escaños se realizaría entre los partidos que presentasen candidaturas de ámbito nacional, mediante la aplicación de la fórmula proporcional de cociente mayor siguiendo la regla D'Hondt. Sólo entrarían en este reparto las candidaturas que obtuvieran como mínimo el 3% del total de votos emitidos.

Para conseguir la representación territorial exigida por el Estatut, la proposición socialista prevé que cada una de las 41 comarcas se convierta en distrito electoral y elija un diputado. También se crea un distrito electoral de los catalanes residentes en el extranjero, que elegirían un diputado.

Los partidos presentarían una lista nacional y un candidato para cada distrito comarcal. Los electores dispondrían de dos papeletas de voto. Con una elegirían entre las candidaturas de partido y con la otra a uno de los candidatos presentados en su comarca. El total de diputados de cada partido estaría compuesto por los obtenidos en cada comarca y, en su caso, por los que figurasen en la lista nacional en proporción al total de votos recibidos, según la regla D'Hondt. Los candidatos de cada comarca podrían figurar también en la lista nacional de su partido.

La proposición prevé garantizar la paridad de género obligando a que las listas nacionales tengan un máximo del 60% de miembros del mismo sexo. Esta proporción debería ser respetada por tramos de cinco candidatos en la lista nacional y en el conjunto de las candidaturas de comarca.

La pretensión de los socialistas es que, una vez que la Mesa del Parlament y la Junta de Portavoces den trámite a esta proposición, se cree una ponencia conjunta de todos los grupos parlamentarios. No obstante, los dirigentes socialistas no se hacen ilusiones acerca de la disponibilidad de la mayoría de centro derecha a renunciar al sistema actual.

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