CiU y PP acusan a Maragall de preocuparse sólo de Barcelona
Pasqual Maragall no consiguió ayer apoyos decididos a su propuesta de una nueva ley electoral catalana. CiU y el PP salieron en tromba contra el dirigente socialista, al que acusaron de querer dar prioridad al área metropolitana de Barcelona con esta nueva legislación y olvidarse del resto de Cataluña. Fueron significativas las palabras del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol: "Que los socialistas tienen ganas de disminuir el peso que en Cataluña pueda tener el territorio en general, más allá del área metropolitana, ya lo sabemos de toda la vida. Está clarísimo, y es de agradecer que lo digan con tanta claridad".
La iniciativa de Maragall tampoco despertó excesivas pasiones entre sus aliados de la izquierda. Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya no consideran prioritario elaborar una nueva ley electoral antes del fin de la legislatura. Incluso en las propias filas del PSC, algunos dirigentes comentaban en privado la "inoportunidad" política de lanzar esta propuesta que, opinaron, proporciona argumentos a la derecha para situar a parte del territorio catalán en contra de los socialistas.
Los dirigentes nacionalistas acusaron al unísono a Maragall de despreciar la Cataluña interior y de que Girona, Tarragona y Lleida "queden en una posición absolutamente minoritaria". El conseller en cap, Artur Mas, aseguró que Maragall se "inhabilita para ser presidente de todos los catalanes" y añadió que de aprobarse esta ley "se cargaría Cataluña". El consejero de Gobernación, Josep Maria Pelegrí, denunció que el PSC quiere "dividir Cataluña", y la secretaria general de Unió, Marta Llorens, de "jugar temerariamente con el equilibrio territorial de Cataluña".
Desde el Partido Popular, su portavoz, Alicia Sánchez Camacho, manifestó que la propuesta tan sólo busca el "interés" de los socialistas catalanes y no del "pueblo de Cataluña" y pretende "potenciar Barcelona y no el resto del territorio".
Propuesta farisea
El portavoz parlamentario de ERC, Josep Huguet, calificó la iniciativa de Maragall de farisea y de inoportuna porque "a pocos meses de las elecciones, una cuestión como la ley electoral ha de salir adelante con un amplio consenso o requiere de una amplia mayoría". En este sentido, ya adelantó que los republicanos rechazarán este proyecto.
El presidente de ICV, Joan Saura, señaló por su parte que la ley electoral "es una asignatura pendiente, pero no ha de ser una prioridad de un gobierno de izquierdas porque tampoco lo es de la sociedad catalana".
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