La violencia y el hambre empañan el mandato de Portillo en Guatemala

En una gran demostración de fuerza, 15.000 ex Patrulleros de Autodefensa Civil (las tenebrosas PAC, responsables de la mayoría de crímenes de la guerra sucia vivida en Guatemala entre 1960 y 1996) fueron movilizados por el Gobierno para arropar al presidente, Alfonso Portillo, quien ayer leyó ante el Congreso su informe sobre el tercer año de Gobierno.

Portillo inicia su último año de mandato en medio de un creciente rechazo de sus gobernados. Una encuesta publicada los últimos tres días por Prensa Libre, el matutino más influyente de Guatemala, revela que un 86% de los guatemaltecos desaprueba su gestión; un 61% cree que el país ha retrocedido y 89 de cada 100 han perdido la confianza en el mandatario, a quien sólo apoya el 9% de la población. El 55,5% estima que Portillo ha sido "el peor" presidente desde que el país regresó a la democracia a finales de los ochenta. La situación del país explica el creciente rechazo al régimen presidido por Alfonso Portillo pero dirigido de facto, desde la presidencia del Congreso, por el ex dictador Efraín Ríos Montt. Éste fue presidente entre 1982 y 1983 y aspira a lanzar de nuevo su candidatura a la jefatura del Estado en las elecciones de noviembre. La presencia de los patrulleros, ayer en la capital, responde a la campaña para apoyar esa candidatura, prohibida por la Constitución. La violencia ha alcanzado cotas sólo comparables a las existentes en los ochenta, la década más sangrienta de la historia del país. Según cifras de la morgue, 81 personas han muerto violentamente en la capital guatemalteca durante los primeros 12 días del año.

Magistrado asesinado

Entre las muertes violentas de los últimos días destaca el asesinato, el domingo, de un magistrado de la Corte Suprema de Justicia. El crimen fue atribuido a la delincuencia común, extremo puesto en duda por el presidente del Organismo Judicial, Carlos Larios. Veinticuatro horas antes, una jueza, Jacqueline España, salvó milagrosamente la vida, tras ser emboscada presuntamente por sicarios al servicio del narcotráfico. El 9 de enero, el ex presidente del Congreso José Lobo Dubón fue asesinado cuando viajaba a una finca de su propiedad, en la costa sur del país.

La pobreza también ha crecido. La Unicef advirtió de que más de 5.000 niños pueden morir de hambre este año. El ciclo escolar (de enero a octubre) se inicia con un déficit de 7.000 maestros. La sanidad pública está en la ruina. El hospital Roosevelt, el más grande de Guatemala, no tiene agua corriente, entre otras deficiencias. En contraposición, los funcionarios llevan una vida de lujos que escandaliza a la población. La última denuncia se refiere a la supuesta compra por parte del presidente Portillo de un reloj Vacheron Constantin valorado en 30.000 dólares estadounidenses. El mandatario lo niega, pero nadie le cree cuando funcionarios próximos a él o a Ríos Montt han malversado unos 275 millones de dólares.