_
_
_
_

Casi todas las diócesis católicas de EE UU tienen un historial de abusos sexuales

Más de 4.000 menores han acusado a 1.200 sacerdotes durante los últimos 60 años

El escándalo de los abusos sexuales, que tiene a la Iglesia católica de Estados Unidos sumida en una grave crisis desde hace un año, afecta a 161 de las 177 diócesis de ese país e implica a 1.205 sacerdotes, según una exhaustiva compilación de los casos documentados realizada por The New York Times. Durante los últimos seis decenios, estos sacerdotes abusaron sexualmente de 4.268 menores, según han denunciado éstos públicamente a lo largo de los años, a veces ante los juzgados. Los expertos están convencidos de que muchas más víctimas han permanecido en silencio.

Más información
El Papa coloca al frente de la diócesis de Boston a un experto en la lucha contra los abusos

La investigación aporta un marco estadístico para encuadrar la crisis de los abusos sexuales en la historia moderna de la Iglesia Católica de Estados Unidos. Revela, por ejemplo, que la mayoría de los sacerdotes acusados de abuso fueron ordenados entre los años cincuenta y los setenta, un periodo de agitación en la Iglesia, en que los hombres aducados en el sistema tradicional de seminarios fueron enviados a trabajar en un mundo de rápidos cambios, tanto en la Iglesia como en la cultura social.

La mayoría de los abusos ocurrieron en los años setenta y ochenta, según los resultados de la investigación. El número de sacerdotes acusados de abusos declinó notablemente en los noventa. Pero los datos muestran que los curas abusaron de los jóvenes vulnerables mucho antes de que las primeras víctimas se decidieran a acudir a los tribunales y los casos salieran a la luz pública, a partir de 1982 en el Estado de Louisiana.

"Esto ha estado ocurriendo durante decenios, o probablemente durante siglos", señala Richard O'Connor, un antiguo sacerdote dominico que fue uno de los 10 chicos atacados sexualmente por tres curas en una parroquia del barrio neoyorkino del Bronx, en 1940. O'Connor tenía entonces 10 años. "Lo que ocurre es que, de repente, les han pillado".

La investigación también revela lo muy extendidas que estaban estas prácticas en todas las regiones estadounidenses. Los casos afloraron no sólo en las grandes ciudades como Los Ángeles y Boston -cuyo arzobispo, Bernard Law, fue apartado del cargo por el Papa en diciembre-, sino también en municipios más pequeños como Louisville (con 27 curas acusados) y Saint Cloud (con 9).

El escándalo ha generado, en el seno de la propia Iglesia, un intenso debate sobre sus causas y sus posibles soluciones. Muchos católicos conservadores responsabilizan a las reformas del Concilio Vaticano Segundo y a la agitación social de los sesenta, que según ellos destruyeron las inhibiciones sacerdotales en materia sexual. Los católicos más progresistas, por su parte, prefieren buscar las causas en lo que llaman "el tratamiento represivo del sexo" por parte de la Iglesia, incluido el celibato.

Los datos compilados ahora, junto con las entrevistas realizadas a curas y ex curas, víctimas, historiadores eclesiásticos, psicólogos y expertos en problemas sexuales, sugieren que, aunque el problema implicaba sólo a un pequeño porcentaje de religiosos, está profundamente imbricado en la cultura del sacerdocio católico. Muchos curas empezaban su formación en el seminario a edades tan tempranas como los 13 años, y crecieron en un mundo aislado en el que los secretos y las transgresiones sexuales eran consideradas un asunto de confesionario, no de juzgado.

La compilación de datos incluye a curas de diócesis y órdenes religiosas que han sido acusados de abusar sexualmente de uno o más menores. Según sus resultados, el 1,8% de los curas ordenados entre 1950 y 2001 han sido acusados de abusos. La verdadera magnitud del problema sigue siendo una incógnita, pues la mayoría de los casos no salen a la luz pública.

Bernard Law.
Bernard Law.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_