Artistas y galeristas critican que la nueva ley de mecenazgo no incentive el arte actual
Satisfacción entre las fundaciones por la mejora de su régimen fiscal en la nueva legislación
"Hemos vuelto a perder la oportunidad histórica de incorporar el arte contemporáneo a la ley de mecenazgo", se lamentaba el galerista Joan Anton Maragall. Parecida opinión se tiene en la Unión de Asociaciones de Artistas de España, que habían realizado varias propuestas para incentivar fiscalmente la compra y donación de arte de artistas vivos. Con todo, la nueva Ley 49/2002, en vigor desde el pasado 23 de diciembre, ha mejorado de forma ostensible el régimen fiscal de las fundaciones, lo que puede incentivar la cultura en general, según la Coordinadora Catalana de Fundaciones.
"Las anteriores medidas se demostraron insuficientes y esta nueva ley, en lugar de mejorar, lo que hace es mantenerlas o reducirlas", señala Maragall, para quien no se han mejorado los incentivos a la donación de arte histórico y sigue dificultándose la de artistas vivos. De hecho, el arte contemporáneo sólo aparece de forma insinuada cuando se habla de "bienes culturales de calidad garantizada". "El problema es determinar quién decide esto", afirma Maragall. "La ley mantiene que tiene que ser la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español, pero todos sabemos que está sobresaturada de trabajo y al final este mecanismo acaba siendo inoperante. Por esto, desde la Unión de Asociaciones de Galerías de España se había pedido que se establecieran unos criterios objetivos básicos para determinar qué obras podían beneficiarse de la ley".
La Unión de Asociaciones de Artistas Visuales también se ha sentido decepcionada con la ley. Pedían la desgravación del 100% de las donaciones de arte contemporáneo, una demanda a la que se sumaron 22 directores de museos, para potenciar la difusión y promoción de la creación actual. "Ahora uno de nuestros objetivos es pedir que cuando se renueve en abril la Junta de Calificación se procure que haya una composición más equilibrada entre sus miembros, ya que ahora hay un predominio de personas relacionadas con el arte histórico", señala Florenci Guntín, miembro de la ejecutiva de la unión.
Para Rosina Gómez Baeza, directora de Arco, la nueva ley "es un avance evidente, aunque es cierto que en el caso de los incentivos fiscales sigue siendo tímida". En cambio, destaca que "se mejora de forma considerable el régimen fiscal de las fundaciones, por lo que creo que ahora se estimula mucho más que estas entidades apoyen la creación contemporánea".
Los incentivos fiscales al mecenazgo de la nueva ley se mantienen en las coordenadas de la anterior Ley 30/1994, que reunía en el mismo texto la legislación sobre fundaciones y la de incentivos fiscales al mecenazgo. Ahora se han separado ambas normativas y se ha aprobado una ley de fundaciones y otra que reúne el régimen fiscal que se les aplica y los incentivos fiscales al mecenazgo.
Las deducciones fiscales para el mecenazgo pasan del 20% al 25% en el caso de las personas físicas y se mantiene el 35% en el caso de las personas jurídicas o sociedades. En este último caso, se permite, sin embargo, que el límite del 10% de la base imponible que puede deducirse cada año puede acumularse en los próximos diez ejercicios, por lo que si una empresa, por ejemplo, hace una donación de una obra de arte de gran valor, puede ir desgravando esta donación durante diez años. Ha desaparecido, en cambio, la posibilidad de que el límite de la deducción fuera del 30% en el caso de donación de obras del patrimonio histórico.
La nueva ley, publicada en el BOE del pasado 23 de diciembre, no afecta sólo al ámbito cultural, sino también al deportivo, el sanitario, el religioso o el de acción social en general. En lo que respecta a cultura, aparte de los incentivos fiscales antes mencionados, se establece un amplio marco de exenciones fiscales para las fundaciones y las entidades sin fines lucrativos. Por ejemplo, los beneficios que obtengan por la realización de exposiciones o conferencias, la edición de libros o revistas o la organización de espectáculos teatrales o musicales, etc.
"En este sentido, la nueva ley es una mejora sustancial que beneficia mucho la situación de las fundaciones", señaló ayer Raimon Bergós, secretario de la Coordinadora Catalana de Fundaciones, durante la presentación que realizaron varias instituciones de arte catalanes de la nueva ley. Con todo, reconoce que "los incentivos al mecenazgo siguen siendo tímidos". Parecida opinión tiene Teresa Sanjurjo, directora técnica de la Confederación de Federaciones Españolas, que agrupa a 475 fundaciones de las que 150 son culturales. "Se ha mejorado mucho, pero los incentivos al mecenazgo hubieran podido ser más generosos", afirma.
Para Ignacio Camuñas, del Centro de Fundaciones, "se ha dado un paso adelante importante al reconocer expresamente la extraordinaria labor que desarrollan estas organizaciones sin ánimo de lucro y se ha mejorado de forma ostensible su regimen fiscal, otra cosa son los incentivos fiscales que ciertamente sigue sin ser motivadores".
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