Andrés Trapiello gana el Premio Nadal
'Los amigos del crimen perfecto' es una novela con muchos elementos del género negro
"Los amigos del crimen perfecto, de Andrés Trapiello, es y no es una novela negra", afirmó el jurado del 59º Premio Nadal. Es una novela coral, vertebrada en torno a un grupo de amantes de la novela negra que persiguen desde hace años el estudio y la quimera de realizar un crimen perfecto. Anoche, Destino, la editorial que patrocina el premio, concedió también otros dos galardones: el Josep Pla en lengua catalana, que obtuvo el joven poeta Hèctor Bofill con la novela L'últim evangeli, y el Destino-Guión, que logró el vallisoletano Vicente Álvarez con El mercenario del Dux.
Andrés Trapiello (Manzaneda de Torío, León, 1953) sitúa la novela en la transición y más concretamente en el año del intento de golpe de Estado (1981). Sus amantes del crimen perfecto acaban implicándose en uno que, según el jurado, "siendo un crimen perfecto ni es crimen ni es perfecto". Con esta novela, Trapiello rinde homenaje a todo un género, "al tiempo que lo parodia suavemente", según el jurado. Todo ello sin perder de vista "su propia médula: si es posile la felicidad, o cuando menos la tranquilidad" y "si la falta de justicia justifica todos los medios para alcanzarla".
Novelista, ensayista, poeta, articulista, colaborador de EL PAÍS y autor de numerosos libros de dietarios, Andrés Trapiello ha configurado una ambiciosa y prolífica obra literaria. Como decía recientemente el editor Josep Maria Castellet acerca del escritor Sebastià Juan Arbó -que, como Trapiello, escribió una biografía de Miguel de Cervantes-, en la trayectoria del galardonado ayer con el Nadal se han reunido dos grandes curiosidades. Por un lado, la del escritor que bucea en su realidad circundante para dar forma a su obra -ya sea la ficción o esos dietarios que él concibe como una "novela en marcha"-. Por otro, la del tenaz rastreador que investiga en el pasado para comprender mejor el presente.
En sus novelas, como en la que ayer le valió el Premio Nadal, Trapiello ha buscado frecuentemente los temas en la historia contemporánea de España. Tanto El buque fantasma (1992) como La malandanza (1996) están ambientadas en los años de la transición. Días y noches (2000), en los últimos días de la guerra civil y el exilio.
La faceta de rastreador se ha materializado también en numerosos ensayos. En Los nietos del Cid (1998) recuperó los nombres de escritores del 98 que no gozaron de la fortuna de Unamuno, Machado y Baroja. Igualmente ha intentado reinstalar en el curso de la historia de la literatura a autores a su juicio atrapados en enfrentamientos ideológicos en los vaivenes históricos de la España contemporánea, como el falangista Rafael Sánchez Mazas. Con meticulosidad, Trapiello reconstruyó también en La noche de los Cuatro Caminos. Una historia del maquis (2001) el asesinato por parte de guerrilleros comunistas de dos personas en un local falangista en 1945.
Pero son sus dietarios -género al que ha dedicado más horas y páginas- los libros por los que Trapiello es más conocido. La serie, que se inició en 1990 con la publicación de El gato encerrado, tiene su complemento en la edición de dos libros de ensayo sobre el tema, El escritor de diarios (1998) y El azul relativo (1999). De Salón de pasos perdidos, título en el que se enmarcan los 10 primeros tomos de sus diarios, ha dicho: "Lo más raro de todo no es haber escrito todas estas páginas, sino haber empezado contando una vida y acabar haciendo una novela". Y es que en esos varios miles de páginas el autor mezcla, sin esconderse de ello, autobiografía y ficción: "Hay quien dice que me estoy cargando el género. Yo no me planteo la vida como un forense que va a levantar el cadáver y no quiere que se cambie un ápice. Lo que más me molesta es que la gente me advierta que no cuente esto o aquello. ¡Mi diario no es una cámara de vídeo!", dijo en una entrevista.
En la trayectoria de Trapiello no han faltado los premios. Hace 10 años, en 1992, obtuvo el Premio Internacional de Novela Plaza y Janés con El buque fantasma. También obtuvo, en 1994, el de la Crítica en el apartado de poesía en castellano por Acaso una verdad. Un año después, en 1995, ganó el Premio Don Juan de Borbón, del Grupo Godó, al libro del año por su ensayo histórico Las armas y las letras, en el que retrataba los comportamientos personales y literarios de los escritores que vivieron los tres años de la Guerra Civil y en el que intentaba superar la idea de las dos Españas con la definición de una tercera, en la que se situaría el centro liberal, que, a su juicio, dio a los mejores escritores.
Si al ganar el Premio Plaza y Janés en 1992 Trapiello decía haber escrito siempre para la "inmensa minoría", el Premio Nadal que recibió anoche en Barcelona puede reportarle un aumento significativo de lectores. Y, seguramente, una gira promocional mucho más intensa que la que retrató con ironía en su dietario Las cosas más extrañas, reeditado recientemente por la editorial Destino, la misma que ahora le entrega el Nadal.
El alma del boxeador
David Torres (Madrid, 1966) quedó finalista del Premio Nadal con El gran silencio, una novela con mucha acción y aventura. El protagonista, Roberto Esteban, es un púgil retirado que en su juventud llegó a ser campeón de Europa. Ahora se gana la vida como matón a sueldo. Sus únicos amigos son un camarero lacónico y un diminuto pez luchador tailandés; y sus escasas aficiones son el boxeo y escuchar obsesivamente una sola música: la Fantasía en do mayor, de Schumann.Un día Esteban acepta el encargo de proteger a una joven bailarina amenazada de muerte. Todas las pistas apuntan a que es su ex marido, un célebre bailaor gitano retirado de los escenarios por culpa de un accidente, quien intenta asesinarla. Para realizar su trabajo y evitar que su clienta sea asesinada, Esteban se ve arrastrado a una oscura búsqueda que le lleva desde los suburbios de Madrid hasta las playas mallorquinas.David Torres, licenciado en Filología Hispánica, trabaja actualmente como guionista del programa de televisión de TVE-2 Al filo de lo imposible. Torres ha publicado dos novelas: Nanga Parbat, con la que obtuvo el Premio Desnivel en 1999, y Los huesos de Mallory. También es autor de dos libros de relatos: Donde no irán los navegantes y Cuidado con el perro. El jurado del Premio Nadal de la presente edición estuvo integrado por Ana María Matute, Antoni Vilanova, Germán Gullón, Ángela Vallvey y Joaquim Palau. El galardón está dotado con 18.030,36 euros para el ganador y 6.010,12 euros para el finalista.
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