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La industria catalana afronta una crisis tras cinco años de crecimiento

Temor tras los despidos de Auna, la debilidad del sector de componentes y la crisis de Yamaha

Después de cinco años de crecimiento, la industria catalana sufre el cambio de ciclo económico. A lo largo de 2002, los síntomas de estancamiento se han confirmado y el año 2003 empieza con nubarrones. El ejercicio de 2002 se cierra con 10.000 bajas laborales, sumando los afectados por expedientes de regulación temporal y los despidos. Los sectores con mayor riesgo son ahora el textil, la automoción, la electrónica y la química. Pero, con todo, lo más grave es la baja calidad del empleo: en Cataluña, uno de cada tres trabajadores tiene un contrato temporal.

La demanda interna y el mercado de trabajo definen ya una senda netamente decreciente. Hay menos consumo, menos inversión y ha empezado a destruirse empleo. Anticipándose a futuros problemas derivados de un ajuste general muy previsible, tanto en la industria como en los servicios, el secretario general de UGT en Cataluña, Josep Maria Álvarez, ha empezado el año con una oferta que ha descolocado a la patronal: un pacto de flexibilidad de la jornada laboral para que los empresarios puedan planificiar su actividad y adaptarse a tiempos peores. UGT ha cogido así por los cuernos la vieja propuesta de los empresarios de aumentar la flexibilidad. Pero no a cambio de nada. Pide que se eviten los expedientes de empleo y que se reduzca la tasa de temporalidad, ya que casi uno de cada tres trabajadores es temporal.

Los sectores más vulnerables, con problemas financieros, elevada temporalidad, escaso valor añadido, que compiten con bajos costes y con plantillas de bajo nivel de formación son los que tienen más que perder.

- Textil y maquinaria

La textil catalana Puigneró realizó la última rescisión de empleo sonada del año 2002, que afecta a 243 trabajadores de la planta en Prats de Lluçanès. Aún sin constar este último bache en materia de empleo en las estadísticas del Departamento de Trabajo, que todavía no recogen los expedientes presentados durante todo el mes de diciembre, el sector textil ha ocupado en Cataluña un lugar central en el año que se fue.

De los 9.747 trabajadores afectados entre enero y noviembre por distintas clases de expedientes (rescisión de contratos o despidos, suspensión de empleo y reducción de jornada), 1.871 correspondieron a la industria textil. Es el sector que encabeza la lista de afectados hasta el 30 de noviembre, seguido, con 1.618 afectados,del sector de la maquinaria y material eléctrico, que trabaja en parte para el sector del automóvil.

Este segmento de actividad desbanca, sin embargo, al textil en número de despidos materializados hasta diciembre (1.036 frente a 482).

Joan Canals, presidente de la patronal del sector, ya había encendido las luces de alarma hace cuatro meses al advertir de que el sector textil español, particularmente afectado en el negocio de hilados por la competencia de países terceros, perdería 9.700 empleos al finalizar el año respecto de los casi 278.000 empleos con que terminó 2001.

A tenor de las estadísticas, la previsión se quedó larga, ya que los afectados por expedientes de regulación suman 3.596 afectados en España. Pero el sector, que en Cataluña perdió desde 1995 hasta 2000 cerca de 240 empresas y casi 2.000 empleos, tiembla. Industrial Aragonés, Hilaturas Burés, Befaca Confecciones Palau, Manufacturas de Punto o Siltek son algunas de las empresas que apagaron las luces de parte de sus fábricas o de todas ellas.

- Electrónica y telecos

En el sector de las telecomunicaciones los casi 1.000 despidos del grupo Auna, que afectarán sobre todo a Cataluña, y algo menos, a Madrid, han sido el caso de mayor envergadura.

Uno de los fracasos preanunciados que podría deparar el año nuevo tiene como blanco a la antigua Miniwatt de la Zona Franca, con 700 empleados directos, que teme por su futuro al haber sido vendida por LG Philips Displays a la firma especializada en reconversiones Business Creation.

Otra de las multinacionales que ha sembrado disgustos, en este caso en Celrà (Gironès) es Matsushita Electric, que comercializa la marca Panasonic. Dejó sin empleo a 105 personas que trabajaban en la producción de altavoces, lo que supone un tercio de todos sus empleados fijos. Pero la misma Panasonic, cuya fabricación de aspiradoras continúa, ha cerrado con escasos meses de diferencia un acuerdo con la firma catalana Fuore Design, famosa por sus diseños para compañías como Volkswagen, para que se ocupe del diseño a escala mundial de sus productos de electrónica de consumo.

- Coches y motocicletas

Casi todo lo que rodea a los vehículos de dos ruedas -incluidas redes de concesionarios como Mistral, que ha suspendido pagos- parece haberse vuelto sospechoso. También empresas que anuncian la producción en Cataluña de nuevos modelos, como Nissan, que sólo ha podido volver a contratar a un centenar de los 900 temporales cuyo contrato expiró en 2001.

Seat, la mayor empresa catalana, ha sufrido un revés al trasladar la compañía la producción de 20.000 coches anuales a Eslovaquia. El traslado empezará este mes tras la negativa de los sindicatos el año pasado de trabajar más días. El recorte no ha tenido, de momento, impacto en el empleo.

Los compromisos de empleo de Mercedes Benz con su modernizada planta catalana, donde la plantilla ya estaba previsto que se redujera de 750 a 500 trabajadores, no podrán cumplirse. La empresa de Daimler Chrysler ha propuesto que 90 empleados de Barcelona se trasladen a la fábrica de Vitoria.

La catalana Derbi, rescatada en 2000 por Piaggio (que a su vez cierra su novísima planta madrileña en Arganda del Rey), pactó en 2002 un expediente de empleo de 60 días para 180 trabajadores. A Yamaha, cuya fábrica en Palau de Plegamans acaba de vivir una suspensión temporal de empleo, no se sabe lo que le espera en 2003 y no se vislumbra un cambio de tendencia en el hundimiento de las ventas, sobre todo de ciclomotores.

- Industria auxiliar y química

Una de las crisis más sonadas del año pasado fue la de Lear. La multinacional anunció que echaba el cierre a su fábrica de Cervera, con un impacto directo sobre 1.200 empleos. La cincuentena de trabajadores de la empresa de componentes del automóvil Eaton Livia también se ha visto sin empleo por el imán inversor de Polonia. Imposible es ver la botella medio llena cuando Valeo Iluminación, que fabrica sistemas de iluminación, anuncia el cierre de de su planta en Sant Esteve Sesrovires y sugiere que sus 270 empleados se marchen a trabajar a su gran centro de Jaén.

La empresa de contadores eléctricos Actaris que hasta ahora fabricaba en Montornès del Vallès en noviembre rescindió 141 empleos (más de la mitad de la plantilla) y anunció que fabricaría lo mismo en Portugal y Hungría, donde los sueldos son inferiores.

Bayer anuncia ajustes en su planta de la calle de Calàbria de Barcelona, aunque 128 empleados de los 230 de esta fábrica se recolocarán en Kern Pharma, filial del grupo Indukern.

Las buenas noticias

No todo son malas noticias. La multinacional estadounidense Lear, tras cerrar en Cervera, ha insuflado oxígeno al centro que tiene en Valls, adonde desplazó, desde París, una parte de su actividad de desarrollo de la nueva electrónica del automóvil, donde trabajan 738 personas y donde invierte 15 millones de dólares al año. En 1997, trabajaban en este centro de Valls 400 personas.En el sector de la eléctrónica, la planta de Sony en Viladecavalls, que a principios de 2001 vivió un susto con la suspensión temporal de empleo para casi 1.000 empleados a raíz del hundimiento de la demanda, es un auténtico y loado laboratorio de innovación que dirige, con su producción de televisores de plasma, las plantas del grupo fuera de Japón.También hay señales esperanzadoras en Hewlett-Packard (H-P). Hace poco más de un año, la empresa dejó sin empleo a cerca de 160 empleados de su planta de ensamblaje de impresoras en Sant Cugat del Vallès. Pero algunos meses después, H-P anunció la apertura de un centro de servicios compartidos en la misma Sant Cugat -cuya actividad de impresión comercial, de márgenes más elevados, no se ve afectada por la escabechina internacional derivada de la fusión de H-P y Compaq y donde trabajan 600 personas- para Europa, África y Oriente Medio, lo que supondría 120 nuevos puestos de trabajo. En la división de H-P Agilent se ha pasado en pocos años de 50 a 700 empleados.

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