Arafat busca un pacto entre las facciones

La Autoridad Palestina no tiene programa político inmediato. La decisión de Yasir Arafat de aplazar indefinidamente las elecciones previstas para el 20 de enero ha dejado sin horizonte al pueblo palestino. La situación se ha complicado tras el aparente fracaso de la cumbre que los dirigentes del partido gubernamental Al Fatah y los islamistas de Hamás y Yihad Islámica celebran en El Cairo para poner fin a los ataques suicidas contra los israelíes y a la que se pretende asociar a otros grupos radicales palestinos.

El diálogo entre Hamás y Al Fatah, iniciado el pasado noviembre gracias a la mediación del presidente egipcio, Hosni Mubarak, debía haberse reanudado esta semana en la capital egipcia. Problemas estratégicos e ideológicos, suscitados a última hora, llevaron ayer a los representantes de Hamás y Al Fatah a abandonar El Cairo, alegando desacuerdos profundos sobre la manera en que se querían plantear las discusiones.

Estaba previsto que a la reunión asistiera también un representante del ala radical de Al Fatah, que dirige el jefe de las milicias populares de los Tanzim, Marwan Barghuti, actualmente encarcelado en Israel, y que estaría representado por el abogado Jadder Shkirat, ex responsable de Law, una de las organizaciones de derechos humanos más importantes de Cisjordania. A esta reunión se había comprometido a asistir el Frente de Liberación Palestino (FLP), que junto con Hamás, Yihad Islámica y las milicias Tanzim han llevado a cabo casi todos los atentados suicidas contra Israel. Por su parte, Arafat había acordado enviar a El Cairo como negociador de la posición gubernamental a un hombre de su máxima confianza, Abu Mazen, en sustitución del ministro de Cooperación Internacional, Nabil Shaath.

El único punto de luz en el horizonte político palestino lo constituye ahora el plan de paz elaborado por Estados Unidos, que ayer empezó a ser estudiado en Ramala, por un comité especial reunido bajo la presidencia de Arafat.