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Juan Marichal dibuja en nueve ensayos el europeísmo y la heterodoxia de Unamuno

Santos Juliá, Elías Díaz, García Velasco y Ridao presentan el libro en Madrid

Heterodoxo, liberal y europeísta "desde dentro", Unamuno se veía a sí mismo "como una especie de pastor de una nueva actitud religiosa en la que la fe y la duda estaban en combate permanente". Así define Juan Marichal al filósofo en El designio de Unamuno (Taurus). El libro reúne los ensayos que Marichal (Tenerife, 1922) ha escrito, desde 1957 hasta 1998, sobre la obra y la personalidad del escritor vasco (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936). El libro fue presentado ayer en la Residencia de Estudiantes por Santos Juliá, Elías Díaz, José María Ridao y José García-Velasco.

Las 226 páginas del libro de Marichal son un recorrido luminoso a través de los años más conflictivos de la historia española. Marichal disecciona la mirada y las reflexiones de Unamuno en nueve ensayos, que han sido agrupados por la editora, Julia Cela, en cuatro espacios temáticos.

La prosa clara y la coherencia de Marichal, que no pudo acudir al acto de presentación -sí lo hizo su mujer Solita Salinas-, fue elogiada por todos los participantes en la presentación.

Julia Cela recordó la intensa relación que Marichal mantuvo desde que estudiaba el bachillerato con las ideas de Unamuno y cómo siguió sus contradictorios pasos a través de sus maestros José Gaos, Joaquín Xirau y Américo Castro.

José García-Velasco recordó las semblanzas que José Moreno Villa hizo sobre el pensador español ("Unamuno era un orador dotado de un poder hipnótico de tipo africano") y destacó la condición novecentista y el gusto por la paradoja del rector salmantino. El director de la Residencia de Estudiantes leyó también un texto de Juan Cruz, en el que califica a Marichal como un ejemplo de compromiso y tolerancia radical.

José María Ridao rindió homenaje a la labor de recuperación de la tradición liberal española que Marichal ha realizado reivindicando el pensamiento de la tolerancia. Ridao cree que Marichal rescata a uno de los múltiples Unamunos, "el que toca los temas liberales y nos enfrenta a los grandes asuntos de sus pensadores: Castilla y lo castellano, las relaciones Iglesia-Estado, la heterodoxia y Europa".

Santos Juliá también abundó en el intento de Marichal por rescatar lo mejor de la tradición liberal que nació en Cádiz en 1808 y quedó herida de muerte en la guerra civil. "Marichal reconstruye esta tradición desde el siglo XV hasta el XX con un mosaico de piezas breves, algunas obras maestras, en las que retrata a personajes singulares que son el espejo de su tiempo y que forman lo que se puede llamar el hilo rojo de la tradición liberal española". Marichal, según Juliá, es "un liberal cabal, optimista y esperanzado" que saca a Unamuno de la autarquía, lo hace dialogar con Europa y lo embarca en esa gran tragedia intelectual que supone entrar en la lucha política por imperativo de conciencia.

Elías Díaz, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, hizo un divertido y exhaustivo análisis de las contradicciones unamunianas y acabó concluyendo que fue un liberal ético, crítico, a veces francamente irracionalista pero siempre preocupado porque su liberalismo condujera a la democracia, "a la buena democracia". "El designio de Unamuno", dijo, "era hacerse un alma. Y lucho tanto por hacerse una que se hizo dos".

José García Velasco, director de la Residencia de Estudiantes, saluda Solita Salinas, esposa de Juan Marichal.
José García Velasco, director de la Residencia de Estudiantes, saluda Solita Salinas, esposa de Juan Marichal.LUIS MAGÁN
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