"Frustra no prevenir"

Valentín Fuster tiene una frustración. O eso dice. "Que la prevención de las enfermedades cardiovasculares no mejora. Sí mejoran los tratamientos, pero lo que hacemos no sirve para nada y encima es mucho más caro".

Fuster (Barcelona, 1943) es probablemente el cardiólogo español más famoso, dirige el Instituto de Cardiología del Hospital Monte Sinaí de Nueva York y ayer aseguró en la II Conferencia sobre Medicina y Automoción que depende del tipo de enfermedad si los pacientes deban o no volver a conducir.

Dice que él solo no va a ganar la batalla a las tabacaleras: "Llevo años criticando a la industria, pero esto es cosa de los políticos. Europa debería aprender de EE UU, que con una política agresiva ha disminuido el tabaquismo. Además hay que promover una buena dieta, porque la obesidad y la diabetes es otra epidemia que predispone a sufrir enfermedades cardiovasculares".

Fuster lamenta que la medicina esté "perdiendo el trato con el enfermo" y afirma que EE UU camina poco a poco hacia un sistema público de Sanidad. Pero matiza: "Clinton intentó un cambio demasiado rápido al querer instaurar una sanidad pública parecida a la europea". Afirma que con el envejecimiento de la población, los desfibriladores implantados serán moneda corriente y pide que "en los estadios y aeropuertos se instalen desfibriladores portátiles" para tratar en el sitio las complicaciones del infarto.