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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Desastre ecológico

Parece que la mayor preocupación de las autoridades haya sido llevar el petrolero Prestige fuera de las aguas territoriales españolas.

Para algunos, si trasladamos el problema hasta más allá del horizonte, donde no se vea, dejará de existir. A lo mejor estoy equivocado, pero creo que la única tarea importante debería haber sido minimizar el desastre ambiental, algo más urgente que poner al capitán en la cárcel. Por ejemplo, se podría haber remolcado el buque hasta una zona tranquila y protegida, como es Corcubión (en un principio, el barco estaba a pocas millas de Finisterre). Allí, se podría haber intentado tapar la grieta o hacer un trasvase. Lo peor que pudiera haber pasado es una marea negra (o como la quiera llamar el ministro de turno) limitada a una zona muy pequeña. Pero no, hay que alejar el problema. Así ya tenemos media Galicia con costa contaminada e incluso se quiere remolcar el barco hasta Portugal o África. Qué bonito: otra marea negra desde Oporto hasta Casablanca. Ah, pero ya no sería problema nuestro.

Por suerte, las autoridades ya tienen la situación bajo control: el petróleo está en las playas y de allí no se mueve.- Sergio Rezzonico. Ribadesella, Asturias.

Yo denuncio que siempre haya que esperar el momento oportuno para el bien de un partido político, de sus intereses particulares como gestores de un programa con brechas similares a las del petrolero Prestige.

Que la incompetencia de la vigilancia marítima no asuma responsabilidades en una tarea que sólo a ellos compete y para la cual debieran estar preparados. Que la plana mayor de la Xunta de Galicia y la Delegación del Gobierno central respiren aliviados al constatar que el problema se diluye en las marcas teóricas de otro país, cuando saben que en la práctica la catástrofe nos seguirá rondando.

Que se nos dé información sesgada, que se impida hacer declaraciones públicas a la tripulación y que las negociaciones entre remolcadores y armadora sean prioritarias y paralicen la actuación de quien está ahí para defender los intereses de nuestro mar. Denuncio que un barco ilegal cargado de fuel bordee la costa europea, atraviese el temible Canal de la Mancha en medio del mismo temporal que nos azotó a nosotros, sin que su presencia alarme a nadie ni haga intuir el peligro con el simple amago de un aviso, aunque sólo sea por deber moral, y que el capitán decida parar máquinas justo frente al cabo Fisterra arguyendo una vía de agua por fisura en el casco, en un momento muy oportuno sin duda.

Tal vez el lobo de mar griego supiese de antemano que no hay mejor cementerio que la Costa da Morte gallega para un cadáver apestado. Quizás lo supiese no porque éste sea el más inaccesible ni el más secreto de su travesía, sino porque es el más resignado e indefenso.

Con el derecho que me otorga la costa que generó mi vida y cuyo mar permitió la formación que poseo, yo denuncio el grado de indefensión a la que está sometida y aliento la insistencia.

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