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Los fabricantes de los adelgazantes ilegales ganaron 600.000 euros en medio año

La Guardia Civil acusa a los farmacéuticos de elaborar pastillas con un fármaco no autorizado

La Guardia Civil explicó ayer parte del entramado creado alrededor de los adelgazantes ilegales. Según sus investigaciones, en los seis primeros meses de 2002, los dos farmacéuticos que elaboraban las pastillas ganaron más de 600.000 euros. Tras su arresto en julio, la investigación continuó hasta la detención, el jueves, de 13 médicos y un farmacéutico por recetar adelgazantes ilegales. El juez imputa a al menos 22 médicos (el instituto armado no los detuvo a todos) un supuesto delito contra la salud pública y otros de estafa y lesiones. Algunas pastillas contenían sustancias y mezclas prohibidas.

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Las investigaciones comenzaron en julio tras la detención de un matrimonio de farmacéuticos de Leganés (Madrid). Los agentes del Servicio de Protección de Naturaleza (Serprona) de la Guardia Civil estudiaron la documentación de sus dos boticas de Leganés y Navalcarnero. En la primera los arrestados fabricaban las pastillas, que distribuían por toda España. Producían hasta 100 botes de 100 pastillas al día.

A raíz de esas detenciones, la Guardia Civil recibió más de 200 denuncias y más de 3.000 llamadas. "Los detenidos habían conseguido en los seis primeros meses del año 600.000 euros sólo con los productos distribuidos por un mensajero", comentó el portavoz de la Guardia Civil, el comandante Joaquín Collado. "Más de una vez han llegado a recetar las pastillas por teléfono, sin ver al paciente. Tenemos casos de algún cliente que ha recibido sus pastillas en Tenerife", explicaron fuentes de la investigación.

La defensa de los médicos alega que ellos recetaban fórmulas magistrales, pero la Guardia Civil considera que no eran tales porque los farmacéuticos elaboraban las pastillas en serie. El análisis de éstas reveló que contenían sustancias prohibidas como Triac, un derivado de la hormona tiroidea. La vocal del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona María José Alonso, explicó a este diario que el Triac puede alterar el funcionamiento de la glándula tiroides.

Ricardo Ibáñez Castresana, que defiende a siete de los médicos y es abogado de la Unión Profesional de Cirujanos y Médicos Estéticos, señaló: "Últimamente no se usa Triac. Además, si bien no es un medicamento expresamente aprobado, tampoco está expresamente prohibido". Ibáñez Castresana negó validez legal a la nota de la Agencia del Medicamento de enero de 2001 que prohibía usar Triac en fórmulas magistrales porque nunca había estado aprobado en España. La Ley del Medicamento dice que "las fórmulas magistrales serán preparadas con sustancias de acción e indicación reconocidas en España".

La Guardia Civil ha detenido desde el jueves a 13 médicos y un farmacéutico en Madrid, Vizcaya, Málaga y Barcelona. Ibáñez Castresana y Javier Clastre, que es abogado de la sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética, señalaron que en el auto del juez de Leganés que instruye el caso se habla de 22 médicos, algunos de los cuales declararon sin ser detenidos. Van a pedir que el caso se eleve a la Audiencia Nacional.

Mezcla de sustancias

La Guardia Civil aseguró que las pastillas contenían también diuréticos, laxantes y estimulantes del sistema nervioso central, como la permolina. En alguna ocasión le añadían benfluorex, un derivado de anfetaminas, o diazepam, un ansiolítico, para contrarrestar los efectos de los otros compuestos. Una orden ministerial de 1997 prohíbe mezclar varias sustancias en una misma pastilla adelgazante.

La secretaria general de la Sociedad Española de Endocrinología, Susana Monereo, explicó: "Estas pastillas hacen perder potasio, lo que puede acarrear graves consecuencias en los pacientes. Hemos detectado casos de calambres y temblores". Estos síntomas iban acompañados de sequedad en la boca, pérdida masiva de líquidos, taquicardia y mareos. "Muchas veces los pacientes no asociaban estos cuadros a las pastillas, ya que realmente perdían peso y eso les animaba a seguir tomándolas. Lo que no conocían eran los graves perjuicios que podían ocasionarles a largo plazo", concluyó Monereo.

Los médicos inculpados indicaban a los pacientes en qué farmacias debían adquirir las pastillas. Otras veces, les decían que le dieran su dirección a la secretaría, ya que ésta les mandaría las cápsulas por correo o por mensajero. A los guardias civiles, que se hicieron pasar por pacientes, también les vendieron directamente los medicamentos en las consultas. El precio de las pastillas oscilaba entre los 25 y los 30 euros el bote de 40 comprimidos. Está prohibido vender los medicamentos fuera de la farmacia y enviarlos por correo.

Además, según el instituto armado, en las pastillas había restos de placentas animales e hipotálamos de ternera y tejidos adiposos. Ibáñez Castresana negó que llevaran estos compuestos porque, dijo, "no sirven para nada y nadie los usa".

Fuentes de la investigación no descartan que pudiera haberse producido algún fallecimiento por la toma de los adelgazantes. Eso sí, reconocen que sería muy difícil asociarlo, ya que la muerte se habría producido por paro cardíaco. La Comunidad de Madrid ha habilitado dos teléfonos de información: 91 586 40 49 / 50.

Algunos de los productos adelgazantes que fueron incautados por la Guardia Civil el jueves.
Algunos de los productos adelgazantes que fueron incautados por la Guardia Civil el jueves.EFE

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