La UE supedita los acuerdos con Marruecos a su actitud frente a la inmigración ilegal
El desarrollo conjunto de sistemas de control dependerá de la cooperación del país de origen
La Unión Europea materializó ayer la primera medida concreta derivada de la nueva política sobre inmigración pactada en junio, en la cumbre celebrada en Sevilla. Los ministros de Exteriores de los Quince pactaron ayer que todo acuerdo de cooperación y colaboración con una serie de países, entre los que figura Marruecos (esencial para España), incluirá una cláusula para la gestión conjunta de los flujos migratorios y para la readmisión de inmigrantes clandestinos. En el listado de países acordado ayer figuran también Albania, China, la antigua Yugoslavia, Rusia, Túnez y Ucrania.
"La importancia de los asuntos de inmigración en el caso de esos países concretos implica que una cooperación de mayor nivel no es sólo deseable, sino esencial". El documento, aprobado ayer por los Quince, menciona que la UE debe iniciar una relación en el mismo terreno con Libia y reforzar la existente con Turquía.
Los Quince decidieron en Sevilla no adoptar medidas punitivas contra los países que no colaboren con la UE en la gestión de los flujos migratorios y optaron por promover programas conjuntos para ayudar a esos países a desarrollar sistemas de control. Sin embargo, del tono del documento aprobado ayer en Bruselas se deduce que difícilmente podrán subsistir los programas de cooperación si los países afectados no colaboran.
Así, los ministros señalaron ayer que se abrirá un diálogo bilateral al respecto con cada uno de los citados para conocer sus necesidades, pero que en mayo de 2003 el Consejo de la UE analizará "un documento sobre los avances" que se hayan logrado. Los ministros precisaron que "todo diálogo actual o futuro con esos países tendrá que incluir asuntos como el regreso, la readmisión, la mejora de acuerdos sobre gestión de flujos migratorios, políticas preventivas y asistencia técnica". "El Consejo y la Comisión", agrega el documento aprobado ayer, "seguirán asegurando la inclusión de la inmigración en las relaciones exteriores de la Unión Europea".
La cláusula, que a partir de ahora será incluida en todo acuerdo de cooperación con esos países -a los que en el futuro se agregarán otros-, contendrá los siguientes elementos: apertura de un profundo diálogo sobre inmigración, examen conjunto sobre medidas para combatir la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos, la obligada readmisión de inmigrantes que hayan entrado en la UE de forma ilegal, el regreso a sus países de origen de los clandestinos, la firma de acuerdos de readmisión de ciudadanos de terceros países que hayan entrado en la UE por un Estado determinado, la aplicación de una política no discriminatoria a los inmigrantes sin problemas legales y el apoyo económico a las regiones de origen de los inmigrantes.
"La Comunidad Europea confía en que otros terceros países cumplan sus obligaciones de readmisión, de acuerdo con la legislación internacional, y respondan positivamente a las peticiones de los Estados miembros", señala el informe en referencia a otros Estados con los que se iniciarán negociaciones en el futuro. Y añade más claramente: "El Consejo sostiene que, hasta que la Comisión no tenga un mandato para cerrar un acuerdo de readmisión, el país afectado debe declarar su voluntad para cerrar un acuerdo bilateral con un Estado miembro de la UE a petición de ese Estado miembro, que contendrá obligaciones de readmisión específicas entre ese país y el Estado miembro que lo solicite, incluida la obligación de readmitir nacionales de otros países y apátridas".
Necesidades de Rabat
Este primer acuerdo de la UE sobre inmigración tras la cumbre de Sevilla se adoptó sin debate alguno, porque los Quince "ya están suficientemente concienciados sobre el problema", como señaló al término de la reunión uno de los asistentes a la misma. En el caso de Marruecos, país con el que España tiene suscrito un acuerdo de readmisión, expertos de la Comisión Europea ya han analizado con técnicos marroquíes cuáles pueden ser las necesidades de Rabat a la hora de controlar con mayor eficacia los miles de kilómetros de costa por los que a diario intentan pasar a territorio europeo centenares de inmigrantes, muchos de ellos subsaharianos, a bordo de pateras en dirección a Andalucía o Canarias.
A la hora de elaborar la lista de los países mencionados, la UE ha tenido en cuenta, entre otros, los siguientes criterios: la naturaleza y el tamaño de los flujos migratorios hacia la UE, su situación geográfica en relación con la Unión, su capacidad para controlar los flujos, el actual marco de cooperación con Europa y "su actitud hacia la cooperación en materia de inmigración".
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