Sharon convoca elecciones al ser incapaz de formar un nuevo Gobierno

Ariel Sharon anunció ayer la convocatoria de elecciones anticipadas en Israel en un plazo máximo de 90 días. El primer ministro se vio obligado a tomar esa decisión al fracasar su intento de formar una coalición con nacionalistas radicales y ultrarreligiosos, con quienes pretendía llenar el vacío dejado por la salida de los laboristas del Gobierno de unidad nacional. Benjamín Netanyahu aceptó ponerse a las órdenes de Sharon y participar en el Gabinete provisional como ministro de Exteriores. Ahora su partido, el Likud, tendrá que elegir cuál de los dos líderes encabezará sus listas.

'Estas elecciones no son lo que Israel necesita en estos momentos, pero es la opción menos mala y más responsable', aseguró ayer Sharon en una precipitada conferencia de prensa celebrada en Jerusalén, tras una noche de frenéticas y continuadas consultas que habían culminado a las cuatro de la madrugada. A esa hora, el primer ministro se vio obligado a arrojar la toalla y a reconocer que no podía formar un nuevo Gabinete.

A pesar de lo intempestivo de la hora, Sharon llamó personalmente al presidente de Israel, Moshe Katsav, a quien despertó para anunciarle que presentaba la dimisión de su Gobierno y pedirle, como es preceptivo, que decretara la disolución de la Cámara. El mensaje no sorprendió a Katsav, ni a ningún israelí, ya que las presiones de todos los sectores, incluidas las ejercidas desde el partido Likud, exigían desde hacía días a Sharon la convocatoria de elecciones. Las exigencias sobre el jefe de Gobierno se habían redoblado en las últimas horas después de que se conociera el fracaso de las negociaciones de Sharon con los ultrarradicales de la Union Nacional-Israel Beituni, que reclamaban a cambio de su apoyo que decretara el entierro definitivo de los Acuerdos de Oslo, incluida la proclamación de un Estado en Palestina, aunque ello provocara un enfrentamiento con Estados Unidos.

'No me dejaré llevar por la extorsión política. Nunca lo hecho ni lo haré', dijo Sharon en una hábil referencia a las presiones de los laboristas y de los radicales de la Unión Nacional, que le han permitido colocarse en el centro del espectro político de Israel y lanzar desde allí y a continuación un mensaje de lealtad al presidente George W. Bush, postularse como su candidato y tratar de tranquilizarle afirmando: 'No cambiaré las líneas generales del Gobierno', ni 'minaré nuestros estratégicos entendimientos con Estados Unidos'. Sharon trataba de hacerse perdonar que es uno de los primeros ministros israelíes que más quebraderos de cabeza ha provocado a la Casa Blanca.

A continuación, como si se tratara de un guión perfectamente pautado, pactado y ensayado de antemano, Netanyahu, de 53 años, rival histórico de Sharon y uno de los halcones más radicales del Likud, anunció que aceptaba sumarse al Gobierno provisional en calidad de ministro de Asuntos Exteriores. Netanyahu aceptaba de esta manera la oferta efectuada por el primer ministro el pasado viernes, y que entonces condicionó a la convocatoria de elecciones anticipadas, lo que inicialmente rechazó Sharon. Si el pacto de los dos rivales se acepta en todos sus términos, la colaboración de los dos líderes proseguirá en el futuro Gabinete, en el caso de que venza el Likud.

'Sabemos que estamos en la peor situación de seguridad, sabemos que estamos a punto de una guerra con Irak... le he dicho al primer ministro ahora mismo que estoy dispuesto... a aceptar el cargo de ministro de Exteriores', aseguró Netanyahu.

La fecha oficial de las elecciones aún es una incógnita. Aunque se barajaba en principio el 4 de febrero, la protesta de un colectivo de madres pacifistas, quienes recordaron que en esta fecha se conmemora la muerte de 72 soldados en 1977 al estrellarse el helicóptero que les llevaba a las trincheras del sur de Líbano, obligó a reconsiderar la fecha. El comité jurídico del Parlamento establecía como única alternativa adelantar la celebración de los comicios una semana antes, el 28 de enero. La fecha definitiva será pactada hoy en el transcurso de las conversaciones que mantendrán en el Parlamento los representantes de los diferentes partidos.

La convocatoria de estas elecciones anticipadas supone recortar la legislatura en ocho meses, sobre el calendario oficial inicialmente previsto, que establecía los comicios para octubre de 2003.