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¿Divorcio Los Ángeles-Hollywood?

Los votantes dirán 'sí' o 'no' a una propuesta para separar la meca del cine de la gran urbe californiana

¿Los Ángeles sin Hollywood? No es un guión apocalíptico de serie B, sino una de las dos propuestas de secesión que podrían dejar a la segunda ciudad de Estados Unidos sin un tercio de su población y parte de su identidad. Pese a intensas campañas segregacionistas, es poco probable, sin embargo, que el valle de San Fernando y Hollywood consigan independizarse, pero ha sido la única contienda que ha despertado interés en California, resignada a reelegir su actual gobernador, el demócrata Gray Davis.

El condado de Los Ángeles es una pesadilla urbanística de 88 ciudades, como Santa Mónica o Beverly Hills, que se funden en un sinfín de barrios. Una de ellas es la ciudad de Los Ángeles, una mole de 3,8 millones de habitantes, abigarrada, inconexa y crónicamente deficitaria. Sin los tranquilos suburbios del valle de San Fernando (1,35 millones) o el recientemente rehabilitado Hollywood (183.000 habitantes) se vería relegada al tercer lugar en la lista de urbes más pobladas, después de Nueva York y Chicago.

El líder secesionista es el multimillonario Gene La Pietra, dueño de la discoteca 'gay' Circus
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Las campañas secesionistas, sobre todo en el Valle, como es conocido popularmente San Fernando, piden más control local, responsabilidad fiscal y homogeneidad urbana. Acusan al Ayuntamiento de Los Ángeles de malgastar el dinero en un centro urbano que ni ven ni pisan. Allí viven las principales minorías: la hispana, en East L.A., y la negra, en South Central, un ghetto marginal donde las revueltas por el incidente de Rodney King (un hombre negro apaleado por unos policías ante la cámara de un videoaficionado) causaron 54 muertos en 1992. La separación alteraría el equilibrio étnico de la ciudad, creando un Los Ángeles mayoritariamente hispano (1 millón, contra 500.000 anglos) y un valle de San Fernando casi exclusivamente blanco.

El caso de Hollywood es algo más peculiar. Las calles que rodean el Hollywood Boulevard, empedrado de estrellas, vivieron hasta hace poco de droga y prostitución. La reciente apertura de un centro comercial de 600 millones de dólares y del teatro Kodack, donde se celebraron los Oscar de este año, han dado una nueva vida al barrio. Una vida que el líder secesionista Gene La Pietra, un multimillonario de 54 años propietario de Circus, la mayor discoteca gay de los Angeles, quiere alentar con más inversiones y menos impuestos.

La situación tiene de excepcional que se trata de Los Ángeles, pero las propuestas secesionistas ocurren de vez en cuando en EE UU, la última en la ciudad de Portland (Maine) en 1993. Según los últimos sondeos ninguna de las dos propuestas tiene muchas posibilidades de prosperar. Las encuestas les dan un 30% a favor en la ciudad y un 42% en San Fernando.

El alcalde, James Hahn, ha liderado una costosa campaña para mantener la unidad de su municipio con el respaldo de la comunidad empresarial, empezando por la industria cinematográfica. Hahn ha pasado semanas describiendo el caos de los servicios sociales y policiales si hay separación. Ha recordado que el Valle deberá pagar a la ciudad una 'pensión' de 2.100 millones de dólares durante 20 años a cambio de su idependencia fiscal, un argumento de peso para los contribuyentes.

La vaga amenaza de secesión es la única contienda interesante en California. El demócrata Gray Davis, un gobernador tan gris como su nombre (gray significa gris en inglés) y acusado de corrupción, debería ganar con un margen confortable a su contendiente, el republicano Bill Simon, que la Casa Blanca ni siquiera se ha molestado en apoyar.

Ambos compiten en impopularidad. Un reciente sondeo del diario Los Angeles Times les otorgaba a cada uno un 56% de opiniones desfavorables. Hasta hace unos días, uno de cada cinco californianos no sabía a quién votar. Como subrayaba Bill Schneider, comentarista político de la cadena CNN, 'ganará quien cause menos desmotivación'. Los votantes saben al menos que, al ser el segundo mandato de Davis, no podrá volver a presentarse en las elecciones de 2006.

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