_
_
_
_

Más de 200.000 afectados en Cataluña

Una asociación atiende cada semana entre 20 y 30 consultas sobre 'mobbing'

El 16% de la población activa es víctima del acoso moral en el trabajo en España. En Cataluña, los afectados ya suman más de 200.000 y algunos expertos creen que pueden llegar a ser 300.000.

Las víctimas denuncian la falta de herramientas de las que disponen los profesionales para diagnosticar lo que para ellos es un 'accidente laboral' y hacen un llamamiento a la prevención. Después de dos años de batalla, la asociación CLAM Contra el Acoso Moral en el Trabajo dice encontrarse ante la indefensión total porque todavía hoy no está claro dónde empieza y acaba el acoso moral.

La asociación nació el pasado mes de enero a partir de unas jornadas sobre este tema organizadas por la Universidad Politécnica de Cataluña en septiembre de 2000. Dos afectadas por acoso moral en el trabajo decidieron consolidar un grupo y poco a poco fue creciendo. En los últimos seis meses la asociación ha recibido más de 500 consultas y a sus reuniones semanales acuden entre 20 y 30 personas. 'La demanda de consultas se está disparando', aseguran los miembros de CLAM.

Más información
Medio millón de españoles sufre acoso moral en el trabajo

'Todo se vuelve en tu contra. Es como una tela de araña, y cuando te das cuenta ya es demasiado tarde'. Con esta situación se encontró Carme, una maestra de 46 años que pidió el traslado tras estar ocho meses de baja por mobbing. Muchas de las personas que, como Carme, ahora integran la asociación aseguran haber sentido un gran alivio cuando se dieron cuenta de que no estaban solas y de que había otros que estaban pasando por lo mismo. 'Yo me enteré por los medios de comunicación de que lo que me estaban haciendo en el trabajo tenía un nombre y había más gente afectada', asegura María, que trabaja en la hostelería y a la que sus superiores aislaron totalmente llegándole a prohibir que hablara con otros trabajadores.

Y es que la asignación de trabajos sin utilidad, la desvalorización sistemática del esfuerzo laboral, la asignación de plazos de ejecución irracionales, la privación de información imprescindible para realizar el trabajo y la humillación y el desprecio a la persona en público no tienen ningún otro objetivo que evitar el despido -y todas sus consecuencias económicas- y hacer que la persona acosada se vaya por iniciativa propia. Los miembros de CLAM no dudan en señalar el factor económico, la precariedad laboral y las ansias de dominio y de poder como principales causas del mobbing.

Las víctimas se encuentran continuamente con muros y barreras muy difíciles de saltar. Y una vez que se han armado de valor para denunciar un caso de acoso psicológico en el trabajo, topan con mucha incomprensión. La asociación CLAM considera positivo que haya inspectores de trabajo especializados en mobbing, pero también cree que esta cifra no es suficiente. 'Y si al final decides poner una demanda, dependerá de si tienes suerte y de si el juez que te toca conoce el tema', añade María. Sus superiores intentaron hacerle firmar un cheque sin que ella se enterara de que era su despido, y ahora, tras vivir la experiencia del mobbing, denuncia la falta de honestidad. 'Si no les intereso y me quieren despedir, que vengan, hablen conmigo y lo digan abiertamente', dice.

La Organización Internacional del Trabajo ha señalado la alteración de las condiciones laborales como el principal motivo del aumento de la incidencia del mobbing. Las primeras encuestas que se realizaron en los años ochenta arrojaban el 3,5% de afectados y 20 años después la cifra se sitúa en el 16%. El perfil de los integrantes del primer grupo de afectados en España es el de un joven menor de 30 años en situación de precariedad laboral.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_